miércoles, 28 de mayo de 2008

Vallejo por Aulicino.

No soy de aquí
Vallejo no se sentía cómodo en Trujillo o en Lima. Tampoco se sintió cómodo en París. No podía, según su estado permanente de tránsito, de incomodidad, sentirse cómodo en España. Sin embargo, atravesó los Pirineos en un tren con el puño izquierdo en alto (es una imagen que de él conservaba Raúl González Tuñón). Vallejo habla de un mapa de "mi" España. Sólo -no recuerdo la fuente de este dato- se aiflió al Partido Comunista español. Este sí-no de Vallejo es toda su poesía. "Me gusta la vida mucho menos, pero siempre me gusta vivir (...) Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga". Y en "Himno a los voluntarios de la República", de su propia España dice:

Consideremos,
durante una balanza, a quema ropa,
a Calderón, dormido sobre la cola de un anfibio muerto
o a Cervantes, diciendo: "Mi reino es de este mundo, pero
también del otro": ¡punta y filo en dos papeles!

Como si en España hubiese encontrado la dualidad como absoluto.

Aunque el pensador marxista peruano José Carlos Mariátegui consideraba que el "sitio" de Vallejo era el mundo indígena, no es posible afirmar que ese mundo fuese en el que encontrara realizada la idea platónica, la solución dialéctica de los tironeos a que lo sometía su nacimiento y pérdida del reino (de aquél reino incaico, de su vestigio familiar; de cualquier reino).

En relación con el posteo de abajo, y sus repercusiones, y en particular con el desatinado comentario de quien firma acerca de cuánto nos reconocen en Europa, la respuesta latinoamericana era aquélla, la de Vallejo. Punta y filo en dos papeles:

Me gusta la vida enormemente
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café
y viendo los castaños frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste; una frente ésta, aquélla... Y repitiendo:
¡Tánta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tántos años y siempre, siempre, siempre!








Comentario L.A.F.





Georgette de Vallejo, viuda del poeta peruano, en sus Apuntes autobiográficos cita unas palabras de Aragón, cuya ambigüedad dice, no escapa a nadie:

"En él (Vallejo) se articulaban el lenguaje de los conquistadores y las tradiciones incaicas y el milagro consistia en que hallasen su síntesis en esta fe moderna en un mundo mejor que había hecho de Vallejo no sólo un poeta sino también un combatiente del socialismo"


"Fe moderna", "mundo mejor", "combatiente" y "socialismo", por entonces encarnado por León Blum, cancerbero de la no-intervención.

Y agrega, que para quienes ven, sistemáticamente y ante todo, lo autobiográfico en los poemas de Vallejo, recuerda los siguiente versos suyos:

"Ten presente que un día
ha de cantar un mirlo de sotana
sobre mi tonelada desnuda"





Lu.

La dualidad se encarna en la poesía, y un equivalente del "siempre, siempre, siempre" podría leerse en "y jamás de los jamases su jamás"



Versos de C.V.

"Mi oscilación sexual está helada"
"El único que dice la verdad es el mentiroso"
"Cuando leo parece que me miro en un espejo"
"Profecía de la poesía"
¡Cuidado con la sustancia humana de la poesía!
"Fue el gato quien escribió el poema"

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