domingo, 9 de marzo de 2008

DARÍO FO.


ENTREVISTA: DARIO FO Escritor y pintor


"Hay que reírse de uno mismo y comprender que nos manipulan"
ROSANA TORRES (ENVIADA ESPECIAL) - MILÁN - 09/03/2008




Considerado uno de los últimos juglares, el Premio Nobel italiano demuestra a sus 82 años no haber perdido su capacidad de provocar, fustigar a los poderes políticos y eclesiásticos y crear a través de la palabra y la pintura.

En su página web (www.dariofo.it), primero que nada, hay un texto: "Figura destacada del teatro político que, en la tradición de los juglares medievales, ha fustigado el poder y ha restaurado la dignidad de los humildes". Dario Fo, nacido en 1926 en un pequeño pueblo del norte de Italia, junto al lago Mayor, quiere que sólo se le vea así. Hay que adentrarse en su blog para saber otras cosas.


"Sería infame que tuviera que irme si gana Berlusconi. No sé que haré"

El Nobel, del que acaba de publicarse 'El mundo según Fo', actuará en España.

"Los obispos españoles son unos reaccionarios, al contrario que Cristo"

"En Italia se está dando paso a la institucionalización de la criminalidad"

Premio Nobel en 1997, arquitecto, prolífico pintor, activista político (nunca tuvo carné), movilizado en la República de Salò, alcaldable de Milán dos veces, doctor por la Sorbona, historiador de arte y, por supuesto, autor de teatro traducido a numerosos idiomas y representado por todo el mundo, con obras en gran parte escritas con la que es su mujer desde 1951, la hasta ahora senadora Franca Rame, actriz perteneciente a una saga de actores cuyos orígenes se remontan a 1600 y cuya actitud política le costó un secuestro, con violación incluida, por parte de unos fascistas, en 1973.

Los dos rondando la ancianidad (él 82, ella 78), llevan una vida, en común y por separado, marcada por una frenética actividad. La casa de ambos lo transmite. Entra y sale gente, todo es alborozo y trabajo, fotocopias, faxes, lecturas, gestiones, llamadas... Franca entra y sale del estudio de Fo, al que pregunta o informa de algo, y el maestro salta de un tema a otro con el virtuosismo de un cómico de variedades. Unas frases sirven para contestar a Franca, otras para hablar con las chicas de su equipo y simultáneamente responde a la entrevista que, pasado un tiempo, interrumpe bruscamente para salir pitando de su casa en ayuda de un amigo. Franca le releva y facilita información, incluida la de que son bisabuelos.

En el salón también hay fotos, pósters, cuadros y los vicios del maestro. Sus piezas especiales, sobre todo esculturas religiosas: una pietá, una Virgen con niño, un gran Cristo crucificado, un san Sebastián bellísimo (él cree que igual es de Mantegna), piezas romanas...


Fo, que raro es el año que no visita España, actuará en abril en Córdoba, en agosto en la Expo de Zaragoza con Juan Echanove y, previsiblemente en primavera, en Madrid (está en conversaciones con Mario Gas).

Acaba de publicar en Italia Jesú amava le donne (editorial Rizzoli), sigue editando estudios, a modo de lección-espectáculo, sobre grandes pintores, y esta semana sale en España El mundo según Fo. Conversaciones con Giuseppina Manin (editorial Paidós), con traducción de su biógrafa Carla Matteini.

Pregunta. ¿La democracia formal actual en muchos países occidentales, con sistemas de dos grandes partidos cercanos entre sí en políticas reales, es un avance hacia algo o una mera estabilización del poder?

Respuesta. Es la estabilización del poder y del sistema capitalista. El poder lo hace así para no perderlo nunca. En América hay una variante importante; ambos partidos tienen reglas que pueden poner en crisis incluso al presidente; aquí, en cambio, se oculta todo, se termina pactando.

P. ¿Sigue pensando que las revoluciones siempre empiezan bien y acaban fatal?

R. No hay más que mirar hacia la historia. Pienso en el cristianismo, sus significados, sus fines..., y miro al Papa. ¿Pero qué tiene que ver ese señor con el pensamiento de Cristo? ¡Si no hace nada!, ni él ni sus cardenales, el clero es una gran masa de poder y Jesús sólo habló del poder del amor. ¡No hay más que ver a los obispos españoles, pidiendo el voto para la derecha! Encima son políticamente reaccionarios. Justo lo contrario que Cristo.

P. ¿Por qué cree que ocurre?

R. Fue a raíz de un hecho que no se recuerda. En el siglo III, Constantino vio que el cristianismo adquiría importancia. Como la religión pagana no resolvía los problemas, ofrece al cristianismo ser la religión del imperio y los obispos se hacen con el derecho de no pagar tasas, ni impuestos de sucesión, ni tributos, cosas que existían en la jurisdicción romana. Tenían el poder del espíritu y desde entonces el poder material, sin olvidar que se hicieron con propiedades por toda Europa gracias a un documento, supuestamente escrito por Constantino en su lecho de muerte, que se demostró después que era falso.

P. Está más sumergido que nunca en la pintura con sus libros de grandes genios.

R. Mis pensamientos siempre pasan por la pintura, cuando encuentro dificultades pinto para resolverlas, y todas mis pinturas son proyectos para espectáculos...

P. ¿Es un pintor prestado a la escena o un teatrero prestado al mundo de la plástica?

R. La verdad es que no lo sé. De pequeño comencé al mismo tiempo a pintarrajear y a contar historias, porque también era un fabulador nato. La pintura me sirve para analizar la realidad a través de lo grotesco; si cuentas una historia tras estudiarla y analizarla, transmites mejor el valor de las cosas, su importancia o su falsedad.

P. ¿Cómo ve la situación política en Italia?

R. Es totalmente desesperante. Hay una clase política que no se preocupa del problema que tenemos. Hablo de ahora, porque han quedado atrás los tiempos en que eran importantes los movimientos obreros, el partido comunista, el socialista, los anarquistas, los liberales, eran tiempos brillantes en el plano de la expresión colectiva. Ahora todo el esfuerzo se centra en conseguir el poder, no en las necesidades de la población, la defensa de los derechos o la reconquista de aquellos momentos brillantes de antaño. De vez en cuando surge alguien que se cabrea y trata de removerlo todo, pero en general sólo hay una gran desconfianza en la clase política; incluso al margen de la derecha, que es horrenda, no hay más que ver todo lo que han hecho, como Berlusconi creando leyes por su cuenta, anulando reglas existentes, usando la televisión para hacerse propaganda, al tiempo que es un mentiroso, un hipócrita famoso, al que han pillado doscientas veces soltando infamias.

P. ¿Y el papel de la izquierda?

R. La izquierda en Italia no ha sido capaz de imponer las leyes civiles, o anular algunas tan infames como la de que se puede mentir y lanzar falsos testimonios, alegremente, ya que nadie te acusará, y no hablemos de las leyes sobre la propiedad, con los contribuyentes que no pagan impuestos porque pueden llegar a acuerdos con el Estado para pagar lo que les venga bien... Se está dando paso a la institucionalización de la criminalidad.

P. ¿Ve alguna metáfora en el asunto de las basuras de Nápoles?

R. En los desastres es difícil ver metáforas. Esto es la degeneración de una organización que debe ser civil. Viene de atrás, cuando Berlusconi en vez de organizar... Es cierto que Nápoles es una ciudad de locos con un casi nulo sentido de la colectividad, su historia siempre ha sido así. La gran locura viene dada porque en Nápoles se hace la recogida de basuras diferenciada, pero los que retiran esas basuras, las echaban todas juntas al camión. Y esto ha creado el caos. Y encima va y se ha puesto la Mafia para resolver el problema... Es el caos de la nave de los locos.

P. ¿Y vuelta a empezar con otro periodo electoral?

R. El peligro mayor es que, debido a este vacío, haya un rechazo al voto que arrastre a los jóvenes, que no irán a votar... y la abstención es muy peligrosa.

P. ¿Y Veltroni tratando de unir a la izquierda y al centro?

R. No sé si es un lobo con piel de cordero. Ha hecho una serie de cosas un tanto extrañas que no están gustando; no hay más que ver cómo ha compuesto su partido, era de izquierdas y lo ha situado al centro, metiendo en el mismo saco a democristianos y comunistas y al mismo tiempo eliminando opciones intermedias, como los socialistas, algún pequeño partido, otros colaterales, radicales...

P. Y tomando a J. F. Kennedy como modelo.

R. Si uno se sitúa en el centro, tira de los líderes del centro. Hoy ya no se habla de grandes hombres de la Revolución de Octubre o de Marx, quien lo haga ha perdido de entrada.

P. ¿Qué hará si gana Berlusconi?

R. Non lo so, non lo so, non lo so. Me quedaré, sería infame que me tuviera que ir, a no ser que nazca una represión y tuviera que huir, una tradición de los italianos, sobre todo en el Novecento y con el fascismo, como los españoles. Hemos pasado momento idénticos.

P. ¿Siendo usted un ateo convicto y confeso no deja de ser curiosa esa pasión, convertida en auténtica investigación, sobre Jesucristo, los Evangelios, san Francisco, la Iglesia?

R. Jesús era un gran hombre de teatro, de increíble verbo y gran sentido de la organización de las historias que contaba; planteaba espacialmente sus discursos utilizando los declives del terreno, de manera que hablaba sin forzar mucho la voz a cinco o diez mil personas. ¡Qué sentido del escenario!

P. ¿Con las técnicas usadas por los griegos para sus teatros?

R. Exacto. Y se enfrentaba a la necesidad de tener que improvisar, no todos los que iban estaban de acuerdo, había provocadores, y él jamás les echaba, trataba de integrarles. Parece ser que lo hacía con envolventes en las que no faltaban elementos cómicos y situaciones grotescas, tenía esa gran habilidad, como san Francisco, hacían discursos limados y pulidos.

P. ¿Eso se desprende de la lectura de los Evangelios?

R. En los Apócrifos se ve claramente que buscaba diálogos, creaba atmósferas, réplicas con sus discípulos..., se intuyen muchas cosas si se leen con atención y se descubre que aquello sólo podía funcionar si se escenificaba, con actores y con situaciones colectivas y corales. ¡Eso es el teatro!

P. ¿No había improvisación?

R. Nada se dejaba a la casualidad. La misma anécdota se contaba en sitios diferentes, como demuestran varios testimonios, era un espectáculo en gira; estuvo tres años de tournée en una zona geográfica enorme. En teatro no se improvisa, hay que respetar unas reglas y él lo hacía.

P. Según sus palabras, usted y Franca Rame han vivido 300 años. ¿Qué planes tienen para los próximos 300?

R. Continuar trabajando cada día. Una de las peores cosas que le puede suceder a un hombre es dejarse abatir por la edad, asumir que debe aceptar retirarse con tranquilidad y serenidad. En Italia decimos andare in pensione. Es lo peor que puede suceder, salir de la vida.

P. Se le ve muy preocupado por el medio ambiente y habla de "apocalipsis inconsciente".

R. Estamos ahí. El poder, a través de la desinformación, de sus propios espectáculos, periódicos, manifestaciones, aturde a la gente para que no piense y no se preocupe con lo que está sucediendo. Actúa como si estuviéramos en una nave a la deriva, el capitán sale de vez en cuando y dice sonriente "no pasa nada, éste es el mejor de los mundos", es como el Cándido de Voltaire, pero mientras nos encontramos mujeres maltratadas, niños muertos, obreros que caen en el tajo y el planeta agonizando.

P. ¿Hay solución?

R. Todo pasa por la toma de conciencia y luchar porque la gente sepa. Y siempre he creído que el mejor modo de informar a la gente es envolviéndoles con el humor, con la risa, hay que reírse de uno mismo, comprender que uno es un imbécil que se deja manipular por quien dirige y manda.

P. ¿Se reiría también el poder de sí mismo?

R. No, el poder no sabe reírse. El otro día me dijeron: "El hombre serio es aquel que no sabe reír"; es el que no tiene sentido del humor, no comprende las ironías, las ocurrencias, los chistes, lo grotesco, no se es serio porque se sea honesto.

P. Tenemos elecciones en España, ¿algo que decir?

R. Dígamelo usted. Rodríguez Zapatero también se ha equivocado a veces, pero ha producido otro clima en España... es un pueblo afortunado, sobre todo con respecto a Italia, que ahora está hundida como consecuencia de una política increíble.

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