miércoles, 16 de abril de 2008

LAS COSAS QUE NADIE ROMPE, PERO SE ROMPIERON.

16 abril, 2008 - 07:18 - Juan Cruz

Las cosas que nadie rompe pero se rompieron


Hay unos platos blancos en la cocina, de café, que me gustan para tapar el té mientras desayuno. Agua, yogur, nueces, algunas frutas, y luego el té que me recetó el doctor Rafael Lozano, el gran médico que me ha salvado tantas veces del estrés al que nos somete la vida, estrés que me tiene ahora baldado de la espalda, baldado, la palabra que le gustaba a mi madre. Siempre uso los platos blancos, que además están bastante inaccesibles, debajo de una torre de tazas de la misma camada. Pero me gustan esos platos, son neutros, no tienen dibujos, son platos como los de toda la vida. Pues esta mañana, extraje el plato cuidadosamente, cuidadosamente lo situé en el poyo de la cocina y cuidadosamente el dichoso plato se fue cayendo, primero sobre mi pie izquierdo y después sobre el suelo de la cocina; se rompió por una esquina, fue una rotura nítida, perfecta, casi recta. Se rompió, qué vamos a hacer. Para estas cosas yo uso mucho unos versos de Pablo Neruda que acaso ya utilicé aquí para alguna otra rotura acaso más compleja que la rotura de un plato. La Oda a las Cosas Rotas, "las cosas que nadie rompe pero se rompieron". Pero mientras pensaba en la oda de Neruda en casa se puso en circulación el título que preside este blog y que preside la conversación doméstica en cualquier parte: Mira que te lo tengo dicho.

Claro, hay otros platos más viejos, que no importaría tanto romper. Mira que te lo tengo dicho.

Intentamos unir con pegamento la parte rota, pero no hubo manera: el pegamento estaba seco, pegado. Pensé que eso sería un atenuante: si el pegamento estaba seco sería porque desde hacía mucho no se había roto nada en la casa. Pero luego en casa contaron los platos: faltaban, seguramente porque yo mismo los había roto y los había ocultado. No me consta. Ya no quise defenderme más. Ahora no sé qué hacer, si aprenderme de memoria la oda de Neruda o dejar de usar platos para tomar el té. ¿Y dejar de tomar el té? Bueno, hoy empieza la vida parlamentaria, y mañana se presenta la poesía de Manuel Vázquez Montalbán. Siempre hay cosas más importantes que los platos rotos. Ah, y va a llover a cántaros. Otra cosa: lean el reportaje de Javier Rodríguez Marcos sobre el legado de Monterroso, al que he contribuido con una pequeña crónica de bromas. Javier escribió hace unos meses un reportaje sobre el legado de Cortázar que está en la Fundación March. Este es igualmente brillante.

No hay comentarios: