sábado, 5 de abril de 2008

JORGE EDWARDS

Aun antes de comenzar la entrega oficial del segundo Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América, allí, en un salón del Hotel Marriot Plaza de Buenos Aires, estaba sentado el ganador, al centro de la larga mesa -junto con el jurado y los directores del premio (y también el primer finalista, el colombiano Fernando Quiroz): era el gran narrador chileno de 77 años, Jorge Edwards, autor de novelas como Persona non grata (1973) y El Inútil de la Familia (2004) y de memorias como Adiós Poeta (1990) que cuenta de su larga relación con el canónico poeta chileno Pablo Neruda.

Premio Cervantes del año 2000, Edwards estaba listado entre los diez finalistas provenientes de Chile, Colombia, Argentina, España y Uruguay con el seudónimo de Juan el Indiano y en esa lista el título de la novela ganadora también era un engañapichanga: La ciudad del Pingüino. El título real de la novela es La casa de Dostoievsky y trata de un poeta ficcional que viaja entre Cuba y el Chile de la dictadura de Pinochet en los años 80. Con esta nueva consagración Edwards disfruta a pleno su "tercera juventud", como él mismo la llamó, y además el saldo de su cuenta bancaria subió en la cifra de 200.000 dólares.

Como primeras palabras de agradecimiento Edwards declaró, sonriente y amable, detrás de su micrófono: "Me siento muy contento de recibir un premio nuevo que estoy compartiendo con escritores de una generación más joven que la mía. Ustedes observarán que estoy entrando ya en la tercera o la cuarta juventud. Pero con buen ánimo y muchas ganas de seguir escribiendo".

Edwards explicó el origen su novela: "Había una casa en Santiago de los años 50 que se estaba desmoronando y cuyas piezas eran ocupados por pintores, poetas y filósofos. Y nosotros, lectores de la novela rusa en esos años, la llamábamos "La casa de Dostoievsky". Toda la novela gira alrededor de ese lugar y sobre el tema de la poesía y las ganas de ser poeta. En el tiempo mío todos queríamos ser poetas. Los que no querían ser poetas pertenecían a un fondo gris del paisaje santiaguino."
En una charla aparte con Clarín, Edwards confesó que una de las grandes frustraciones de su vida, justamente, fue no ser poeta. Y sobre el más grande poeta chileno, Pablo Neruda dijo: "Yo fui seducido, confieso, por él y a lo mejor perdí mucho tiempo...Nicanor Parra me decía '¡Has perdido la mitad de tu vida con Neruda!'".

No hay comentarios: