lunes, 25 de febrero de 2008

MAYO FRANCÉS.

"El llamado Mayo del 68 supuso, en términos simbólicos, el final de una época, no porque a causa de los sucesos ocurridos entonces las ideologías, como se ha venido diciendo, iniciaran una marcha lenta pero inexorable hacia su desaparición, sino porque a causa del decepcionante desenlace de un suceso que parecía encarnar el espíritu de una época se produjo un general escepticismo respecto de la posibilidad de que cualquier ideología fuera capaz de alterar un ápice el curso ciego de la historia. La teoría política dominante ya había afirmado en términos irrecusables que cualquier ideología era sólo el fruto de las circunstancias y no su semilla.


Eran las condiciones socioeconómicas las que determinaban las ideologías y no a la inversa. Ahora, los acontecimientos venían a confirmar esta visión determinista de la sociedad.

No creo, sin embargo, que este desencanto, por así decir, fuera el elemento distintivo de las nuevas corrientes literarias. No quisiera pecar de pretencioso, pero creo haber advertido en autores muy antiguos, como Cervantes y Homero, por citar sólo dos nombres conocidos, el mismo escepticismo respecto de las propiedades terapéuticas de la letra impresa. Sin restar importancia a lo que pudo suponer el fracaso del llamado Mayo del 68 para la conciencia de Occidente, yo tiendo a pensar que el desencanto producido por una reiterada demostración práctica de la virtual inutilidad del esfuerzo individual o colectivo tuvo su génesis y su consolidación en un fenómeno nuevo: la sobreabundancia informativa." E. Mendoza
---

No hay comentarios: