lunes, 25 de febrero de 2008

FOCO : MOVIMIENTOS DESPUES DEL ULTIMO PASO DE MACRI

Quién se anota segundo: la pelea que viene entre los candidatos opositores



Eduardo Aulicino
eaulicino@clarin.com


Podría haber sacudido la campaña, pero el anuncio de Mauricio Macri sobre sus preferencias para octubre no produjo alteraciones significativas ni siquiera en la oposición. Ricardo López Murphy resultó finalmente el más afectado por la decisión de su socio, que prometió un respaldo tan mínimo que cuesta leerlo como un real apoyo. Para el resto de los candidatos, se terminó de aclarar el panorama: todo indica que la principal pelea, al menos durante el próximo mes, será entre ellos mismos para ganarse un segundo puesto que habilite las esperanzas de ballottage con Cristina Kirchner.

Antes se habían agotado las expectativas del llamado peronismo disidente, que en la búsqueda de alguna figura con buena imagen había especulado y alentado la posibilidad de que Macri entrara a la competencia. Ayer, este sector terminó de cerrar otro capítulo: la elección de San Luis reafirmó el poder local de los Rodríguez Saá y los comicios de La Rioja dejaron golpeado otra vez a Carlos Menem.

El problema para este grupo es la carencia de candidato y el riesgo cierto de dispersión. El jueves se fisuró además la relación con su único aliado externo, Jorge Sobisch, alejado definitivamente de Macri luego de la conmoción generada por la muerte del docente Carlos Fuentealba. El gobernador neuquino se reunió con Adolfo Rodríguez Saá y Ramón Puerta para formalizar la decisión de competir y no demorar su candidatura, más allá de lo que ellos resuelvan en los próximos días.

El calendario apura a todos. Corre el cronograma electoral: la semana que viene vencen los plazos para inscribir alianzas y diez días después, para presentar listas. Pero también pesa el cálculo político: en el conglomerado opositor advierten que el próximo mes será decisivo para que algún candidato se instale con chances de presentarle batalla real al oficialismo en el tramo final de la campaña.

Ese asoma como el desafío central, animado además por las perspectivas que abren los escándalos y otros tropiezos del Gobierno, aunque algunos reconocen que tales episodios no se traducen mecánicamente en beneficio propio.

En ese horizonte, la situación de López Murphy asoma como la más difícil. Sólo tiene garantizado el respaldo de Macri en la Capital: un caso original, porque él compite por la presidencia y debe hacer campaña en todo el país.

Allegados al candidato dejaron trascender el renovado intento de puentes hacia Elisa Carrió, algo que realimenta las especulaciones sobre un paso al costado, sugerido por el propio Macri, para disputar en la Capital una banca de senador. Carrió reiteró que no hay negociaciones en esa dirección. No sonó a portazo, y hay contactos. La líder del ARI tiene además otra agenda. Enfrenta un juicio oral y público por una de sus denuncias, que le está dando mayor volumen a su campaña, y debe definir alianzas.

Carrió espera poder cerrar trato con el socialista Rubén Giustiniani, para integrar la fórmula, pero ocurre que los hombres del PS tienen sus tiempos y también sus internas, duras, entre sectores opuestos al Gobierno y otros que decidieron alinearse con el oficialismo. Para completar, los socialistas se juegan su principal partido el 2 de setiembre en Santa Fe, y desde allí Hermes Binner ya dio señales de que hasta entonces no quiere movimientos que puedan complicar la campaña.

Otras son las inquietudes de Roberto Lavagna. Entre sus allegados consideran que López Murphy está muy relegado en la carrera y que la decisión de Macri abre espacios para disputar esa franja electoral y para acuerdos en algunos distritos.

En esa perspectiva, observan con atención los movimientos del macrismo en la provincia de Buenos Aires. Esperan ver qué ocurre en la Justicia electoral con la candidatura de Francisco de Narváez, un ex aliado: si no pasa esa prueba y el candidato de ese sector es Jorge Macri, podría abrirse un canal de conversaciones. Pero el mayor objetivo es la disputa por el segundo lugar en la competencia general. Y según la mayoría de las encuestas, ése es un escalón que discute con Carrió.

Hasta ahora, los candidatos opositores han evitado las peleas dentro de la misma y heterogénea vereda. Hubo algunos cruces, pero la campaña no pasó por allí. ¿Seguirán así? Habrá que ver cómo opera la necesidad en los tiempos que vienen.

No hay comentarios: