jueves, 21 de febrero de 2008

DISCURSO DE FIDEL -

DISCURSO DE FIDEL
Queridos compatriotas:


Les prometí el pasado viernes 15 de febrero que en la
próxima reflexión abordaría un tema de interés para
muchos compatriotas. La misma adquiere esta vez forma
de mensaje.

Ha llegado el momento de postular y elegir al Consejo
de Estado, su Presidente, Vicepresidentes y Secretario.

Desempeñé el honroso cargo de Presidente a lo largo de
muchos años. El 15 de febrero de 1976 se aprobó la
Constitución Socialista por voto libre, directo y
secreto de más del 95% de los ciudadanos con derecho a
votar. La primera Asamblea Nacional se constituyó el 2
de diciembre de ese año y eligió el Consejo de Estado y
su Presidencia. Antes había ejercido el cargo de Primer
Ministro durante casi 18 años. Siempre dispuse de las
prerrogativas necesarias para llevar adelante la obra
revolucionaria con el apoyo de la inmensa mayoría del
pueblo.

Conociendo mi estado crítico de salud, muchos en el
exterior pensaban que la renuncia provisional al cargo
de Presidente del Consejo de Estado el 31 de julio de
2006, que dejé en manos del Primer Vicepresidente, Raúl
Castro Ruz, era definitiva. El propio Raúl, quien
adicionalmente ocupa el cargo de Ministro de las F.A.R.
por méritos personales, y los demás compañeros de la
dirección del Partido y el Estado, fueron renuentes a
considerarme apartado de mis cargos a pesar de mi
estado precario de salud.

Era incómoda mi posición frente a un adversario que
hizo todo lo imaginable por deshacerse de mí y en nada
me agradaba complacerlo.

Más adelante pude alcanzar de nuevo el dominio total de
mi mente, la posibilidad de leer y meditar mucho,
obligado por el reposo. Me acompañaban las fuerzas
físicas suficientes para escribir largas horas, las que
compartía con la rehabilitación y los programas
pertinentes de recuperación. Un elemental sentido común
me indicaba que esa actividad estaba a mi alcance. Por
otro lado me preocupó siempre, al hablar de mi salud,
evitar ilusiones que en el caso de un desenlace
adverso, traerían noticias traumáticas a nuestro pueblo
en medio de la batalla. Prepararlo para mi ausencia,
sicológica y políticamente, era mi primera obligación
después de tantos años de lucha. Nunca dejé de señalar
que se trataba de una recuperación "no exenta de
riesgos".

Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el último
aliento. Es lo que puedo ofrecer.

A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el
inmenso honor de elegirme en días recientes como
miembro del Parlamento, en cuyo seno se deben adoptar
acuerdos importantes para el destino de nuestra
Revolución, les comunico que no aspiraré ni aceptaré-
repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente
del Consejo de Estado y Comandante en Jefe.

En breves cartas dirigidas a Randy Alonso, Director del
programa Mesa Redonda de la Televisión Nacional, que a
solicitud mía fueron divulgadas, se incluían
discretamente elementos de este mensaje que hoy
escribo, y ni siquiera el destinatario de las misivas
conocía mi propósito. Tenía confianza en Randy porque
lo conocí bien cuando era estudiante universitario de
Periodismo, y me reunía casi todas las semanas con los
representantes principales de los estudiantes
universitarios, de lo que ya era conocido como el
interior del país, en la biblioteca de la amplia casa
de Kohly, donde se albergaban. Hoy todo el país es una
inmensa Universidad.

Párrafos seleccionados de la carta enviada a Randy el
17 de diciembre de 2007:

"Mi más profunda convicción es que las respuestas a los
problemas actuales de la sociedad cubana, que posee un
promedio educacional cercano a 12 grados, casi un
millón de graduados universitarios y la posibilidad
real de estudio para sus ciudadanos sin discriminación
alguna, requieren más variantes de respuesta para cada
problema concreto que las contenidas en un tablero de
ajedrez. Ni un solo detalle se puede ignorar, y no se
trata de un camino fácil, si es que la inteligencia del
ser humano en una sociedad revolucionaria ha de
prevalecer sobre sus instintos.

"Mi deber elemental no es aferrarme a cargos, ni mucho
menos obstruir el paso a personas más jóvenes, sino
aportar experiencias e ideas cuyo modesto valor
proviene de la época excepcional que me tocó vivir.

"Pienso como Niemeyer que hay que ser consecuente hasta
el final."

Carta del 8 de enero de 2008:

"...Soy decidido partidario del voto unido (un
principio que preserva el mérito ignorado). Fue lo que
nos permitió evitar las tendencias a copiar lo que
venía de los países del antiguo campo socialista, entre
ellas el retrato de un candidato único, tan solitario
como a la vez tan solidario con Cuba. Respeto mucho
aquel primer intento de construir el socialismo,
gracias al cual pudimos continuar el camino escogido."

"Tenía muy presente que toda la gloria del mundo cabe
en un grano de maíz", reiteraba en aquella carta.

Traicionaría por tanto mi conciencia ocupar una
responsabilidad que requiere movilidad y entrega total
que no estoy en condiciones físicas de ofrecer. Lo
explico sin dramatismo.

Afortunadamente nuestro proceso cuenta todavía con
cuadros de la vieja guardia, junto a otros que eran muy
jóvenes cuando se inició la primera etapa de la
Revolución. Algunos casi niños se incorporaron a los
combatientes de las montañas y después, con su heroísmo
y sus misiones internacionalistas, llenaron de gloria
al país. Cuentan con la autoridad y la experiencia para
garantizar el reemplazo. Dispone igualmente nuestro
proceso de la generación intermedia que aprendió junto
a nosotros los elementos del complejo y casi
inaccesible arte de organizar y dirigir una revolución.

El camino siempre será difícil y requerirá el esfuerzo
inteligente de todos. Desconfío de las sendas
aparentemente fáciles de la apologética, o la
autoflagelación como antítesis. Prepararse siempre para
la peor de las variantes. Ser tan prudentes en el éxito
como firmes en la adversidad es un principio que no
puede olvidarse. El adversario a derrotar es sumamente
fuerte, pero lo hemos mantenido a raya durante medio
siglo.

No me despido de ustedes. Deseo solo combatir como un
soldado de las ideas. Seguiré escribiendo bajo el
título "Reflexiones del compañero Fidel" . Será un arma
más del arsenal con la cual se podrá contar. Tal vez mi
voz se escuche. Seré cuidadoso.


Gracias

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