lunes, 9 de junio de 2008

GONZALO ESCARPA

Ediciones Trashumantes,
Valencia, 2006, 115 pp.





LA RENDIJA QUE HAY ENTRE LAS PALABRAS Y LAS COSAS

El siguiente apunte supera lo anecdótico. Llega a mis manos Fatiga de Materiales de Gonzalo Escarpa (Madrid, 1977) justo cuando estoy acabando de leer Resistencia de Materiales de Jorge Riechmann. Cada cual a su manera, y ambos sin heroísmos ni victimismos, indagan ricamente lo mismo: la resistencia -y su reverso, el temblor-, de la poesía y de su aquél, -el mundo de las cosas del mundo-.
Sorprende -no del todo- que Fatiga de Materiales sea el primer libro de poemas de Gonzalo Escarpa, y que haya decidido darlo a la luz y al offset en “Poemas Desechables”, la colección de poesía que acaba de echar a andar en la valenciana Ediciones Trashumantes. Un vistazo rápido al currículo de Escarpa (autor prolífico, antologador, performer, neorapsoda digital, editor de revistas y boletines imposibles, fundador de salas-búnker para la poesía en Madrid… cosas de esas), puede llevar a pensar que este libro llega tarde o trasnochado. Un repaso sosegado a su trayectoria y, sobre todo, a los poemas incluidos en Fatiga de Materiales hace entender que Escarpa ha elegido publicar cuando ha tenido listo lo que tenía que decir (que no lo que podía vender) y lo ha hecho desde una editorial que pretende implicar al lector en el proceso poético. La colección “Poemas Desechables” invita al lector a descuajeringar el libro, deshacerse de los poemas, recortarlos por la línea de puntos y convertirlos en pajaritas de papel, dejarlos olvidados, resucitarlos o, como señala Valero Cortadura, “hacer un poema que caduque… que se pudra”, así, a lo Nicanor Parra.

“Definir es cenizar”, decía Lezama Lima. Al igual que sucede con la poesía de Aníbal Núñez -a quien, por cierto, tanta belleza debe algún que otro verso de Escarpa-, catalogar los poemas de Fatiga de Materiales en una corriente o rumbo, incluirlos en una tendencia, buscarles una escuela y matricularlos, en suma, acotar, dejaría fuera bastantes posibilidades reales del libro. De todos modos, algunas cosas concretas sí pueden decirse de este poemario: que el autor se toma el juego en serio, como propuesta vital y hasta ética y por supuesto poética

“Puedes, si es lo que quieres parler, Welt / mais never try to listen muy esatto / el Sprache non servit para nada / porque es un carnavale di parole” [15]. Tan en serio como se toma el dolor o la dulzura. Que hace ritmo y con eso dice verdad:

“Ata la trenza atrás, para que atrape /
los cuerpos tercos. Deja que la nuca /
trepe a través del ábside que truca /
la luz que atravesada luz arrape”
.

Que el poema visual o el quitarse el sombrero ante Francisco Pino puede ser casi tan brutal como descubrir las múltiples posibilidades de unos versos medidos, de los acentos encajados, del poema prieto.
La poesía de Fatiga de Materiales tiene que ver con los andares, con la trayectoria vital de Gonzalo Escarpa. No obstante, este libro se aleja de planteamientos yoístas, no es un diario de un poeta sino que se enristra más bien por la vía de la indagación, por lo que el autor, a lo largo de su existencia, ha ido desaprendiendo. Desde este sanísimo punto de partida:

“Yo no comprendo nada. No por eso /
me rindo. Una cuestión /
de técnica, sin más”

-dice el primer poema del libro-, Escarpa mete los dedos en la rendija que hay entre la realidad y el lenguaje para luego revolcarse en las palabras; más tarde se va consigo, después abre y guiña un ojo poético. Y así hasta intentar proclamar la belleza.

“Palabras que conozco”, “Lesión de lo Claro”, “El Tiempo Subjuntivo”.

De las tres partes de Fatiga de Materiales, la última -donde se encuentran sus poemas más recientes- sabe a paso, como si el poeta en su afán explorador hubiera encontrado algo, como si al meter los dedos en la yaga que hay entre el decir y las cosas los hubiera sacado empapados de algo, de no sabe qué, “y celebrarlo”.
Julio Reija, al que cita, lo dice así:

“Tú tienes un nombre, y yo lo digo. /
Y al decirlo no se hace más tu nombre,
/ ni tú te haces más tú, /
pero te giras”.



CARMEN CAMACHO








Selección de poemas de Fatiga de materiales de Gonzalo Escarpa





BABEL

Puedes si es lo que quieres parler, Welt,
mais never try to listen muy esatto:
el Sprache non servit para nada
porque es un carnevale di parole,
y trocar de la langue is just el trucco
that we use para no ser comprendidos;
to stagger es el Zukünftig del fala.
Tenemos una tongue et es complesso
to make it comprender les autres tongues.
Let la musique chanter to the Unerhört
(la música, que doesn’t have bandeira).
Y manhà we’ll speak of other cosas.

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