los (sin)sentidos de jota
Opiniones sobre el mundo con la excusa de la crítica
Maldita palabra
El origen de la poética está profundamente ligado a los dioses. La poesía es el acto de la concreción de la palabra divina en lengua terrena, el tránsito de la escritura; el poema es la palabra ya escrita, el hecho consumado. Las musas, damas preciadas y vehículos de la palabra divina, eran quienes entregaban, a los poetas griegos, los decires de los dioses para que se encargasen de dejar su trazo en el mundo. Eso fue lo que le sucedió a Homero, mera herramienta de escritura de La Ilíada y La Odisea, narrador mítico, fundador de la poética occidental y personaje cuya inexistencia es tan probable como su posible paso por la Tierra. La palabra divina, cedida al hombre (inspiración por fuera de su interpretación, por fuera de sus impulsos, por fuera de su vida pero irremediablemente ligada a ella) es la que modeló el modo de concebir la literatura en occidente. Una cesión que le dio un sustento escrito a la palabra divina, un transporte concreto al concepto religioso del mundo, que le confiere al poeta el lugar del elegido de los dioses; una extensión en la tierra del más puro y supremo de los poderes. Sin embargo, así como el tiempo cronológico es el tiempo de la evolución de las especies, el tiempo lógico es el de la torsión del sentido divino en la literatura. Torsión en la que el hombre fue apropiándose de la lengua; entendida ésta en el más amplio sentido de su definición: no sólo como idioma natural sino como constitución del discurso literario. La primera ruptura sucede, entonces, cuando la palabra escrita se separa de la divinidad, se yergue como independiente del poder y lo cuestiona. Entra a tallar, entonces, el lenguaje, lo que estructura.
Sesgando el sentido religioso a la apropiación de un espacio de poder simbólico –y a su modo de coerción traducido en promesas de salvación y amenazas de castigos e infiernos–, era de esperar que cualquier forma de subversión de esa dominación tuviera, como consecuencia, el mote de maldito sobre aquel que osase sostener, en el acto de la escritura, su propio discurso: en contra de la moral religiosa, en un comienzo; en contra del status quo en la era contemporánea. La señal/marca de lo maldito rompe con su acepción original de disvalor y, termina por ser representación de la revolución en el sentido más radical y simbólico que pueda tener el efecto de la escritura: discurso construido a partir del reconocimiento de la palabra como el bastión irreducible del sujeto. A pesar de aplicar tormentos, destierros, persecución y muerte, la cultura occidental (y lo que nos es dado saber de ella) ha visto con ojos sorprendidos la contínua aparición de poetas que han cuestionado no sólo el discurso dominante, sino el hueso mismo de la palabra.
La Iglesia Católica tomó el estandarte moral de occidente y produjo una de las manifestaciones más evidentes de la reacción del poder ante la torsión del sentido de la palabra: la Inquisición y su metáfora literaria, un libro sobre libros prohibidos, el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum que, créase o no, funcionó hasta 1966. Una breve lista de algunos de los autores incluidos en esa aberración, producto de la ceguera y la pobreza simbólica más exasperante, da una dimensión de la desmesura y la ineficiencia represiva cuando de mundo simbólico se trata: Gide; Balzac, Cervantes, Quevedo, Swift; Dumas, Dumas(h), Sartre; Rabelais; Bocaccio y France. Los libros que fueron incinerados dieron paso a hombres y mujeres que fueron incinerados. La persecución, la destrucción, la muerte en nombre de lo divino, mutó en la persecución, destrucción y muerte en nombre de los más altos valores morales de una sociedad. La caza de brujas impulsada por la Inquisición dio su nombre a feroces persecuciones en nuestro tiempo, desde los excluidos/perseguidos por McCarthy en Hollywood, hasta los intelectuales asesinados y desaparecidos por el gobierno genocida construido desde otra peligrosa trinidad: la junta militar que asaltó el Estado en Argentina en 1976. Más allá de eso, el poder subversivo de la palabra huye del fuego. De todos los fuegos. Apostar a ese poder es apostar a una vida digna, a una riqueza que está más allá de todo intento de exterminio.
Publicado por jm
jueves, 5 de junio de 2008
miércoles, 4 de junio de 2008
¿HAY FESTIVAL?
(Palabras pronunciadas ante la 52a. asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa SIP, en Los Angeles, U.S.A., octubre 7 de 1996.)
A una universidad colombiana se le preguntó cuales son las pruebas de aptitud y vocación que se hacen a quienes desean estudiar periodismo y la respuesta fue terminante: "Los periodistas no son artistas". Estas reflexiones, por el contrario, se fundan precisamente en la certidumbre de que el periodismo escrito es un género literario.
Hace unos cincuenta años no estaban de moda las escuelas de periodismo. Se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta, en el cafetín de enfrente, en las parrandas de los viernes. Todo el periódico era una fábrica que formaba e informaba sin equívocos, y generaba opinión dentro de un ambiente de participación que mantenía la moral en su puesto. Pues los periodistas andábamos siempre juntos, hacíamos vida común, y éramos tan fanáticos del oficio que no hablábamos de nada distinto que del oficio mismo. El trabajo llevaba consigo una amistad de grupo que inclusive dejaba poco margen para la vida privada. No existían las juntas de redacción institucionales, pero a las cinco de la tarde, sin convocatoria oficial, todo el personal de planta hacía una pausa de respiro en las tensiones del día y confluía a tomar el café en cualquier lugar de la redacción. Era una tertulia abierta donde se discutían en caliente los temas de cada sección y se le daban los toques finales a la edición de mañana. Los que no aprendían en aquellas cátedras ambulatorias y apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburrían de tanto hablar de lo mismo, era porque querían o creían ser periodistas, pero en realidad no lo eran.
El periódico cabía entonces en tres grandes secciones: noticias, crónicas y reportajes, y notas editoriales. La sección más delicada y de gran prestigio era la editorial. El cargo más desvalido era el de reportero, que tenía al mismo tiempo la connotación de aprendiz y cargaladrillos. El tiempo y el mismo oficio han demostrado que el sistema nervioso del periodismo circula en realidad en sentido contrario.
Doy fe: a los diecinueve años -siendo el peor estudiante de derecho- empecé mi carrera como redactor de notas editoriales y fui subiendo poco a poco y con mucho trabajo por las escaleras de las diferentes secciones, hasta el máximo nivel de reportero raso.
La misma práctica del oficio imponía la necesidad de formarse una base cultural, y el mismo ambiente de trabajo se encargaba de fomentarla. La lectura era una adicción laboral. Los autodidactas suelen ser ávidos y rápidos, y los de aquellos tiempos lo fuimos de sobra para seguir abriéndole paso en la vida al mejor oficio del mundo -como nosotros mismos lo llamábamos. Alberto Lleras Camargo, que fue periodista siempre y dos veces presidente de Colombia, no era ni siquiera bachiller.
La creación posterior de las escuelas de periodismo fue una reacción escolástica contra el hecho cumplido de que el oficio carecía de respaldo académico. Ahora ya no son sólo para la prensa escrita sino para todos los medios inventados y por inventar.
Pero en su expansión se llevaron de calle hasta el nombre humilde que tuvo el oficio desde sus orígenes en el siglo XV, y ahora no se llama periodismo sino Ciencias de la Comunicación o Comunicación Social. El resultado, en general, no es alentador. Los muchachos que salen ilusionados de las academias, con la vida por delante, parecen desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales, y prima un afán de protagonismo sobre la vocación y las aptitudes congénitas. Y en especial sobre las dos condiciones más importantes: la creatividad y la práctica.
La mayoría de los graduados llegan con deficiencias flagrantes, tienen graves problemas de gramática y ortografía, y dificultades para una comprensión reflexiva de textos. Algunos se precian de que pueden leer al revés un documento secreto sobre el escritorio de un ministro, de grabar diálogos casuales sin prevenir al interlocutor, o de usar como noticia una conversación convenida de antemano como confidencial. Lo más grave es que estos atentados éticos obedecen a una noción intrépida del oficio, asumida a conciencia y fundada con orgullo en la sacralización de la primicia a cualquier precio y por encima de todo. No los conmueve el fundamento de que la mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor. Algunos, conscientes de sus deficiencias, se sienten defraudados por la escuela y no les tiembla la voz para culpar a sus maestros de no haberles inculcado las virtudes que ahora les reclaman, y en especial la curiosidad por la vida.
Es cierto que estas críticas valen para la educación general, pervertida por la masificación de escuelas que siguen la línea viciada de lo informativo en vez de lo formativo. Pero en el caso específico del periodismo parece ser, además, que el oficio no logró evolucionar a la misma velocidad que sus instrumentos, y los periodistas se extraviaron en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro. Es decir, las empresas se han empeñado a fondo en la competencia feroz de la modernización material y han dejado para después la formación de su infantería y los mecanismos de participación que fortalecían el espíritu profesional en el pasado. Las salas de redacción son laboratorios asépticos para navegantes solitarios, donde parece más fácil comunicarse con los fenómenos siderales que con el corazón de los lectores. La deshumanización es galopante.
No es fácil entender que el esplendor tecnológico y el vértigo de las comunicaciones, que tanto deseábamos en nuestros tiempos, hayan servido para anticipar y agravar la agonía cotidiana de la hora del cierre. Los principiantes se quejan de que los editores les conceden tres horas para una tarea que en el momento de la verdad es imposible en menos de seis, que les ordenan material para dos columnas y a la hora de la verdad sólo les asignan media, y en el pánico del cierre nadie tiene tiempo ni humor para explicarles por qué, y menos para darles una palabra de consuelo. “Ni siquiera nos regañan”, dice un reportero novato ansioso de comunicación directa con sus jefes. Nada: el editor que antes era un papá sabio y compasivo, ahora apenas si tiene fuerzas y tiempo para sobrevivir él mismo a las galeras de la tecnología.
Creo que es la prisa y la restricción del espacio lo que ha minimizado el reportaje, que siempre tuvimos como el género estrella, pero que es también el que requiere más tiempo, más investigación, más reflexión, y un dominio certero del arte de escribir. Es en realidad la reconstitución minuciosa y verídica del hecho. Es decir: la noticia completa, tal como sucedió en la realidad, para que el lector la conozca como si hubiera estado en el lugar de los hechos.
Antes que se inventaran el teletipo y el télex, un operador de radio con vocación de mártir capturaba al vuelo las noticias del mundo entre silbidos siderales, y un redactor erudito las elaboraba completas con pormenores y antecedentes, como se reconstruye el esqueleto entero de un dinosaurio a partir de una vértebra. Sólo la interpretación estaba vedada, porque era un dominio sagrado del director, cuyos editoriales se presumían escritos por él, aunque no lo fueran, y casi siempre con caligrafías célebres por lo enmarañadas. Directores históricos tenían linotipistas personales para descifrarlas.
Un avance importante en este medio siglo es que ahora se comenta y se opina en la noticia y en el reportaje, y se enriquece el editorial con datos informativos. Sin embargo, los resultados no parecen ser los mejores, pues nunca como ahora ha sido tan peligroso este oficio. El empleo desaforado de comillas en declaraciones falsas o ciertas permite equívocos inocentes o deliberados, manipulaciones malignas y tergiversaciones venenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal. Las citas de fuentes que merecen entero crédito, de personas generalmente bien informadas o de altos funcionarios que pidieron no revelar su nombre, o de observadores que todo lo saben y que nadie ve, amparan toda clase de agravios impunes. Pero el culpable se atrinchera en su derecho de no revelar la fuente, sin preguntarse si él mismo no es un instrumento fácil de esa fuente que le transmitió la información como quiso y arreglada como más le convino. Yo creo que sí: el mal periodista piensa que su fuente es su vida misma - sobre todo si es oficial- y por eso la sacraliza, la consiente, la protege, y termina por establecer con ella una peligrosa relación de complicidad, que lo lleva inclusive a menospreciar la decencia de la segunda fuente.
Aun a riesgo de ser demasiado anecdótico, creo que hay otro gran culpable en este drama: la grabadora. Antes de que ésta se inventara, el oficio se hacía bien con tres recursos de trabajo que en realidad eran uno sólo: la libreta de notas, una ética a toda prueba, y un par de oídos que los reporteros usábamos todavía para oír lo que nos decían. El manejo profesional y ético de la grabadora está por inventar. Alguien tendría que enseñarles a los colegas jóvenes que la casete no es un sustituto de la memoria, sino una evolución de la humilde libreta de apuntes que tan buenos servicios prestó en los orígenes del oficio. La grabadora oye pero no escucha, repite - como un loro digital - pero no piensa, es fiel pero no tiene corazón, y a fin de cuentas su versión literal no será tan confiable como la de quien pone atención a las palabras vivas del interlocutor, las valora con su inteligencia y las califica con su moral. Para la radio tiene la enorme ventaja de la literalidad y la inmediatez, pero muchos entrevistadores no escuchan las respuestas por pensar en la pregunta siguiente.
La grabadora es la culpable de la magnificación viciosa de la entrevista. La radio y la televisión, por su naturaleza misma, la convirtieron en el género supremo, pero también la prensa escrita parece compartir la idea equivocada de que la voz de la verdad no es tanto la del periodista que vio como la del entrevistado que declaró. Para muchos redactores de periódicos la transcripción es la prueba de fuego: confunden el sonido de las palabras, tropiezan con la semántica, naufragan en la ortografía y mueren por el infarto de la sintaxis. Tal vez la solución sea que se vuelva a la pobre libretita de notas para que el periodista vaya editando con su inteligencia a medida que escucha, y le deje a la grabadora su verdadera categoría de testigo invaluable. De todos modos, es un consuelo suponer que muchas de las transgresiones éticas, y otras tantas que envilecen y avergüenzan al periodismo de hoy, no son siempre por inmoralidad, sino también por falta de dominio profesional.
Tal vez el infortunio de las facultades de Comunicación Social es que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Claro que deben persistir en sus programas humanísticos, aunque menos ambiciosos y perentorios, para contribuir a la base cultural que los alumnos no llevan del bachillerato. Pero toda la formación debe estar sustentada en tres pilares maestros: la prioridad de las aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una especialidad del oficio sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición, y la conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón.
El objetivo final debería ser el retorno al sistema primario de enseñanza mediante talleres prácticos en pequeños grupos, con un aprovechamiento crítico de las experiencias históricas, y en su marco original de servicio público. Es decir: rescatar para el aprendizaje el espíritu de la tertulia de las cinco de la tarde.
Un grupo de periodistas independientes estamos tratando de hacerlo para toda la América Latina desde Cartagena de Indias, con un sistema de talleres experimentales e itinerantes que lleva el nombre nada modesto de Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Es una experiencia piloto con periodistas nuevos para trabajar sobre una especialidad específica - reportaje, edición, entrevistas de radio y televisión, y tantas otras - bajo la dirección de un veterano del oficio.
En respuesta a una convocatoria pública de la Fundación, los candidatos son propuestos por el medio en que trabajan, el cual corre con los gastos del viaje, la estancia y la matrícula. Deben ser menores de treinta años, tener una experiencia mínima de tres, y acreditar su aptitud y el grado de dominio de su especialidad con muestras de las que ellos mismos consideren sus mejores y sus peores obras.
La duración de cada taller depende de la disponibilidad del maestro invitado - que escasas veces puede ser de más de una semana -, y éste no pretende ilustrar a sus talleristas con dogmas teóricos y prejuicios académicos, sino foguearlos en mesa redonda con ejercicios prácticos, para tratar de transmitirles sus experiencias en la carpintería del oficio. Pues el propósito no es enseñar a ser periodistas, sino mejorar con la práctica a los que ya lo son. No se hacen exámenes ni evaluaciones finales, ni se expiden diplomas ni certificados de ninguna clase: la vida se encargará de decidir quién sirve y quién no sirve.
Trescientos veinte periodistas jóvenes de once países han participado en veintisiete talleres en sólo año y medio de vida de la Fundación, conducidos por veteranos de diez nacionalidades. Los inauguró Alma Guillermoprieto con dos talleres de crónica y reportaje. Terry Anderson dirigió otro sobre información en situaciones de peligro, con la colaboración de un general de las Fuerzas Armadas que señalo muy bien los límites entre el heroísmo y el suicidio. Tomas Eloy Martínez, nuestro cómplice más fiel y encarnizado, hizo un taller de edición y más tarde otro de periodismo en tiempos de crisis. Phil Bennet hizo el suyo sobre las tendencias de la prensa en los Estados Unidos y Stephen Ferry lo hizo sobre fotografía. El magnifico Horacio Vervitsky y el acucioso Tim Golden exploraron distintas áreas del periodismo investigativo, y el español Miguel Angel Bastenier dirigió un seminario de periodismo internacional y fascinó a sus talleristas con un análisis crítico y brillante de la prensa europea.
Uno de gerentes frente a redactores tuvo resultados muy positivos, y soñamos con convocar el año entrante un intercambio masivo de experiencias en ediciones dominicales entre editores de medio mundo. Yo mismo he incurrido varias veces en la tentación de convencer a los talleristas de que un reportaje magistral puede ennoblecer a la prensa con los gérmenes diáfanos de la poesía.
Los beneficios cosechados hasta ahora no son fáciles de evaluar desde un punto de vista pedagógico, pero consideramos como síntomas alentadores el entusiasmo creciente de los talleristas, que son ya un fermento multiplicador del inconformismo y la subversión creativa dentro de sus medios, compartido en muchos casos por sus directivas. El solo hecho de lograr que veinte periodistas de distintos países se reúnan a conversar cinco días sobre el oficio ya es un logro para ellos y para el periodismo. Pues al fin y al cabo no estamos proponiendo un nuevo modo de enseñarlo, sino tratando de inventar otra vez el viejo modo de aprenderlo.
Los medios harían bien en apoyar esta operación de rescate. Ya sea en sus salas de redacción, o con escenarios construidos a propósito, como los simuladores aéreos que reproducen todos los incidentes del vuelo para que los estudiantes aprendan a sortear los desastres antes de que se los encuentren de verdad atravesados en la vida. Pues el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente.
FUNDACIÓN PARA UN NUEVO PERIODISMO IBEROAMERICANO
Centro. Calle San Juan de Dios No. 3-121 Cartagena de Indias, Colombia
Tel. 57-5-6645890 Fax: 57-5-6645904 e-Mail: Contáctenos
Web site: www.fnpi.org
A una universidad colombiana se le preguntó cuales son las pruebas de aptitud y vocación que se hacen a quienes desean estudiar periodismo y la respuesta fue terminante: "Los periodistas no son artistas". Estas reflexiones, por el contrario, se fundan precisamente en la certidumbre de que el periodismo escrito es un género literario.
Hace unos cincuenta años no estaban de moda las escuelas de periodismo. Se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta, en el cafetín de enfrente, en las parrandas de los viernes. Todo el periódico era una fábrica que formaba e informaba sin equívocos, y generaba opinión dentro de un ambiente de participación que mantenía la moral en su puesto. Pues los periodistas andábamos siempre juntos, hacíamos vida común, y éramos tan fanáticos del oficio que no hablábamos de nada distinto que del oficio mismo. El trabajo llevaba consigo una amistad de grupo que inclusive dejaba poco margen para la vida privada. No existían las juntas de redacción institucionales, pero a las cinco de la tarde, sin convocatoria oficial, todo el personal de planta hacía una pausa de respiro en las tensiones del día y confluía a tomar el café en cualquier lugar de la redacción. Era una tertulia abierta donde se discutían en caliente los temas de cada sección y se le daban los toques finales a la edición de mañana. Los que no aprendían en aquellas cátedras ambulatorias y apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburrían de tanto hablar de lo mismo, era porque querían o creían ser periodistas, pero en realidad no lo eran.
El periódico cabía entonces en tres grandes secciones: noticias, crónicas y reportajes, y notas editoriales. La sección más delicada y de gran prestigio era la editorial. El cargo más desvalido era el de reportero, que tenía al mismo tiempo la connotación de aprendiz y cargaladrillos. El tiempo y el mismo oficio han demostrado que el sistema nervioso del periodismo circula en realidad en sentido contrario.
Doy fe: a los diecinueve años -siendo el peor estudiante de derecho- empecé mi carrera como redactor de notas editoriales y fui subiendo poco a poco y con mucho trabajo por las escaleras de las diferentes secciones, hasta el máximo nivel de reportero raso.
La misma práctica del oficio imponía la necesidad de formarse una base cultural, y el mismo ambiente de trabajo se encargaba de fomentarla. La lectura era una adicción laboral. Los autodidactas suelen ser ávidos y rápidos, y los de aquellos tiempos lo fuimos de sobra para seguir abriéndole paso en la vida al mejor oficio del mundo -como nosotros mismos lo llamábamos. Alberto Lleras Camargo, que fue periodista siempre y dos veces presidente de Colombia, no era ni siquiera bachiller.
La creación posterior de las escuelas de periodismo fue una reacción escolástica contra el hecho cumplido de que el oficio carecía de respaldo académico. Ahora ya no son sólo para la prensa escrita sino para todos los medios inventados y por inventar.
Pero en su expansión se llevaron de calle hasta el nombre humilde que tuvo el oficio desde sus orígenes en el siglo XV, y ahora no se llama periodismo sino Ciencias de la Comunicación o Comunicación Social. El resultado, en general, no es alentador. Los muchachos que salen ilusionados de las academias, con la vida por delante, parecen desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales, y prima un afán de protagonismo sobre la vocación y las aptitudes congénitas. Y en especial sobre las dos condiciones más importantes: la creatividad y la práctica.
La mayoría de los graduados llegan con deficiencias flagrantes, tienen graves problemas de gramática y ortografía, y dificultades para una comprensión reflexiva de textos. Algunos se precian de que pueden leer al revés un documento secreto sobre el escritorio de un ministro, de grabar diálogos casuales sin prevenir al interlocutor, o de usar como noticia una conversación convenida de antemano como confidencial. Lo más grave es que estos atentados éticos obedecen a una noción intrépida del oficio, asumida a conciencia y fundada con orgullo en la sacralización de la primicia a cualquier precio y por encima de todo. No los conmueve el fundamento de que la mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor. Algunos, conscientes de sus deficiencias, se sienten defraudados por la escuela y no les tiembla la voz para culpar a sus maestros de no haberles inculcado las virtudes que ahora les reclaman, y en especial la curiosidad por la vida.
Es cierto que estas críticas valen para la educación general, pervertida por la masificación de escuelas que siguen la línea viciada de lo informativo en vez de lo formativo. Pero en el caso específico del periodismo parece ser, además, que el oficio no logró evolucionar a la misma velocidad que sus instrumentos, y los periodistas se extraviaron en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro. Es decir, las empresas se han empeñado a fondo en la competencia feroz de la modernización material y han dejado para después la formación de su infantería y los mecanismos de participación que fortalecían el espíritu profesional en el pasado. Las salas de redacción son laboratorios asépticos para navegantes solitarios, donde parece más fácil comunicarse con los fenómenos siderales que con el corazón de los lectores. La deshumanización es galopante.
No es fácil entender que el esplendor tecnológico y el vértigo de las comunicaciones, que tanto deseábamos en nuestros tiempos, hayan servido para anticipar y agravar la agonía cotidiana de la hora del cierre. Los principiantes se quejan de que los editores les conceden tres horas para una tarea que en el momento de la verdad es imposible en menos de seis, que les ordenan material para dos columnas y a la hora de la verdad sólo les asignan media, y en el pánico del cierre nadie tiene tiempo ni humor para explicarles por qué, y menos para darles una palabra de consuelo. “Ni siquiera nos regañan”, dice un reportero novato ansioso de comunicación directa con sus jefes. Nada: el editor que antes era un papá sabio y compasivo, ahora apenas si tiene fuerzas y tiempo para sobrevivir él mismo a las galeras de la tecnología.
Creo que es la prisa y la restricción del espacio lo que ha minimizado el reportaje, que siempre tuvimos como el género estrella, pero que es también el que requiere más tiempo, más investigación, más reflexión, y un dominio certero del arte de escribir. Es en realidad la reconstitución minuciosa y verídica del hecho. Es decir: la noticia completa, tal como sucedió en la realidad, para que el lector la conozca como si hubiera estado en el lugar de los hechos.
Antes que se inventaran el teletipo y el télex, un operador de radio con vocación de mártir capturaba al vuelo las noticias del mundo entre silbidos siderales, y un redactor erudito las elaboraba completas con pormenores y antecedentes, como se reconstruye el esqueleto entero de un dinosaurio a partir de una vértebra. Sólo la interpretación estaba vedada, porque era un dominio sagrado del director, cuyos editoriales se presumían escritos por él, aunque no lo fueran, y casi siempre con caligrafías célebres por lo enmarañadas. Directores históricos tenían linotipistas personales para descifrarlas.
Un avance importante en este medio siglo es que ahora se comenta y se opina en la noticia y en el reportaje, y se enriquece el editorial con datos informativos. Sin embargo, los resultados no parecen ser los mejores, pues nunca como ahora ha sido tan peligroso este oficio. El empleo desaforado de comillas en declaraciones falsas o ciertas permite equívocos inocentes o deliberados, manipulaciones malignas y tergiversaciones venenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal. Las citas de fuentes que merecen entero crédito, de personas generalmente bien informadas o de altos funcionarios que pidieron no revelar su nombre, o de observadores que todo lo saben y que nadie ve, amparan toda clase de agravios impunes. Pero el culpable se atrinchera en su derecho de no revelar la fuente, sin preguntarse si él mismo no es un instrumento fácil de esa fuente que le transmitió la información como quiso y arreglada como más le convino. Yo creo que sí: el mal periodista piensa que su fuente es su vida misma - sobre todo si es oficial- y por eso la sacraliza, la consiente, la protege, y termina por establecer con ella una peligrosa relación de complicidad, que lo lleva inclusive a menospreciar la decencia de la segunda fuente.
Aun a riesgo de ser demasiado anecdótico, creo que hay otro gran culpable en este drama: la grabadora. Antes de que ésta se inventara, el oficio se hacía bien con tres recursos de trabajo que en realidad eran uno sólo: la libreta de notas, una ética a toda prueba, y un par de oídos que los reporteros usábamos todavía para oír lo que nos decían. El manejo profesional y ético de la grabadora está por inventar. Alguien tendría que enseñarles a los colegas jóvenes que la casete no es un sustituto de la memoria, sino una evolución de la humilde libreta de apuntes que tan buenos servicios prestó en los orígenes del oficio. La grabadora oye pero no escucha, repite - como un loro digital - pero no piensa, es fiel pero no tiene corazón, y a fin de cuentas su versión literal no será tan confiable como la de quien pone atención a las palabras vivas del interlocutor, las valora con su inteligencia y las califica con su moral. Para la radio tiene la enorme ventaja de la literalidad y la inmediatez, pero muchos entrevistadores no escuchan las respuestas por pensar en la pregunta siguiente.
La grabadora es la culpable de la magnificación viciosa de la entrevista. La radio y la televisión, por su naturaleza misma, la convirtieron en el género supremo, pero también la prensa escrita parece compartir la idea equivocada de que la voz de la verdad no es tanto la del periodista que vio como la del entrevistado que declaró. Para muchos redactores de periódicos la transcripción es la prueba de fuego: confunden el sonido de las palabras, tropiezan con la semántica, naufragan en la ortografía y mueren por el infarto de la sintaxis. Tal vez la solución sea que se vuelva a la pobre libretita de notas para que el periodista vaya editando con su inteligencia a medida que escucha, y le deje a la grabadora su verdadera categoría de testigo invaluable. De todos modos, es un consuelo suponer que muchas de las transgresiones éticas, y otras tantas que envilecen y avergüenzan al periodismo de hoy, no son siempre por inmoralidad, sino también por falta de dominio profesional.
Tal vez el infortunio de las facultades de Comunicación Social es que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Claro que deben persistir en sus programas humanísticos, aunque menos ambiciosos y perentorios, para contribuir a la base cultural que los alumnos no llevan del bachillerato. Pero toda la formación debe estar sustentada en tres pilares maestros: la prioridad de las aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una especialidad del oficio sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición, y la conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón.
El objetivo final debería ser el retorno al sistema primario de enseñanza mediante talleres prácticos en pequeños grupos, con un aprovechamiento crítico de las experiencias históricas, y en su marco original de servicio público. Es decir: rescatar para el aprendizaje el espíritu de la tertulia de las cinco de la tarde.
Un grupo de periodistas independientes estamos tratando de hacerlo para toda la América Latina desde Cartagena de Indias, con un sistema de talleres experimentales e itinerantes que lleva el nombre nada modesto de Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Es una experiencia piloto con periodistas nuevos para trabajar sobre una especialidad específica - reportaje, edición, entrevistas de radio y televisión, y tantas otras - bajo la dirección de un veterano del oficio.
En respuesta a una convocatoria pública de la Fundación, los candidatos son propuestos por el medio en que trabajan, el cual corre con los gastos del viaje, la estancia y la matrícula. Deben ser menores de treinta años, tener una experiencia mínima de tres, y acreditar su aptitud y el grado de dominio de su especialidad con muestras de las que ellos mismos consideren sus mejores y sus peores obras.
La duración de cada taller depende de la disponibilidad del maestro invitado - que escasas veces puede ser de más de una semana -, y éste no pretende ilustrar a sus talleristas con dogmas teóricos y prejuicios académicos, sino foguearlos en mesa redonda con ejercicios prácticos, para tratar de transmitirles sus experiencias en la carpintería del oficio. Pues el propósito no es enseñar a ser periodistas, sino mejorar con la práctica a los que ya lo son. No se hacen exámenes ni evaluaciones finales, ni se expiden diplomas ni certificados de ninguna clase: la vida se encargará de decidir quién sirve y quién no sirve.
Trescientos veinte periodistas jóvenes de once países han participado en veintisiete talleres en sólo año y medio de vida de la Fundación, conducidos por veteranos de diez nacionalidades. Los inauguró Alma Guillermoprieto con dos talleres de crónica y reportaje. Terry Anderson dirigió otro sobre información en situaciones de peligro, con la colaboración de un general de las Fuerzas Armadas que señalo muy bien los límites entre el heroísmo y el suicidio. Tomas Eloy Martínez, nuestro cómplice más fiel y encarnizado, hizo un taller de edición y más tarde otro de periodismo en tiempos de crisis. Phil Bennet hizo el suyo sobre las tendencias de la prensa en los Estados Unidos y Stephen Ferry lo hizo sobre fotografía. El magnifico Horacio Vervitsky y el acucioso Tim Golden exploraron distintas áreas del periodismo investigativo, y el español Miguel Angel Bastenier dirigió un seminario de periodismo internacional y fascinó a sus talleristas con un análisis crítico y brillante de la prensa europea.
Uno de gerentes frente a redactores tuvo resultados muy positivos, y soñamos con convocar el año entrante un intercambio masivo de experiencias en ediciones dominicales entre editores de medio mundo. Yo mismo he incurrido varias veces en la tentación de convencer a los talleristas de que un reportaje magistral puede ennoblecer a la prensa con los gérmenes diáfanos de la poesía.
Los beneficios cosechados hasta ahora no son fáciles de evaluar desde un punto de vista pedagógico, pero consideramos como síntomas alentadores el entusiasmo creciente de los talleristas, que son ya un fermento multiplicador del inconformismo y la subversión creativa dentro de sus medios, compartido en muchos casos por sus directivas. El solo hecho de lograr que veinte periodistas de distintos países se reúnan a conversar cinco días sobre el oficio ya es un logro para ellos y para el periodismo. Pues al fin y al cabo no estamos proponiendo un nuevo modo de enseñarlo, sino tratando de inventar otra vez el viejo modo de aprenderlo.
Los medios harían bien en apoyar esta operación de rescate. Ya sea en sus salas de redacción, o con escenarios construidos a propósito, como los simuladores aéreos que reproducen todos los incidentes del vuelo para que los estudiantes aprendan a sortear los desastres antes de que se los encuentren de verdad atravesados en la vida. Pues el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente.
FUNDACIÓN PARA UN NUEVO PERIODISMO IBEROAMERICANO
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martes, 3 de junio de 2008
CARTA DE BLOGGER EN CLARIN.COM - HOGUERAS
Se está plegando al coro.
Multitudes de personas que, por rechazo a ciertas acciones, formas, o aspectos estéticos del gobierno actual y pasado, afirman otras tantas cosas que no les constan, sólo por que se presentan en un envase de oposición a la "dictadura kirschnerista".
Son planos distintos.
Y en ese cometido se busca la clásica simplificación de lo complejo.
No con la aplicación de un logaritmo.
Mediante la ejemplificación con modelos cotidianos.
"La mano en el bolsillo".
Otros, más groseros, recurren a la explicación de naturaleza sexual, en el supuesto de que no nos gusta que nos lo hagan por la fuerza.
De ese modo, la reacción es automática, por lo menos en el populacho de pensamiento reducido y reacción veloz.
Mano en el bolsillo-defensa.
Pues no hay ninguna mano, ni ningún bolsillo.
Hay mucho de todo eso y mezclado.
Hay distintos intereses en juego, manipulados habilmente por los más inteligentes e inescrupulosos, como siempre.
No hay ningún santo, aunque todos pretendan serlo.
Hay gentes que ganan mucho, aún con retenciones, y pretenden ganar más.
Hay gentes que ganan menos, y suponen que apoyando a los otros en sus intereses, ellos también ligarán algo.
Hay quienes no ganan nada, que miran y no saben que decir.
Hay quienes viven de otra cosa y tampoco saben nada, pero opinan lo que quede mejor.
Hay funcionarios que están jugándose el puesto, que quieren quedar bien con alguien y poco les importa el fondo.
Hay quienes quieren ligar una porción mas grande de la repartija de fondos públicos, con algún fin, bueno o malo.
Hay muchos jugadores con muy distintos objetivos.
Una lucha por un ingreso muy grande, y nadie quiere llevarse menos de lo que cree que merece.
El gobierno puede tener muchos defectos, puede que se morfe a cuentas personales algo de lo público, cuál no?
Puede que se haya olvidado de hacer muchas reformas necesarias, especialmente en los asuntos por sector.
Pero no ahy duda de algo.
Son quienes dirigen los destinos suyo y mío.
Arreglaron los números grandes.
Los errores que cometan, deben ser lo menos graves posibles.
Ya están allí.
No debemos arruinar sus acciones, porque ello nos afecta.
El directorio de un grupo inversor que està por cosechar soja, està peleando para vender con la mayor ganancia posible, si no le conviene, recupera la guita, y se va a invertir a Pakistán o donde corno pueda meter más mula.
Mas usted, yo, los trabajadores, los desocupados, los chacareros con casa y familia, los que tienen doscientas vacas, los fabricantes de repuestos, los comerciantes, no se van a ningún lado.
Se quedan aquí a sufrir el fracaso.
A bajar la cortina.
Ojo con lo que opinamos.
Cuando estamos dulces, cuando la heladera está llena somos todos cocoritos y mandamos cualquier cosa al aire, pero los malos, los fuertes, los poderosos, no nos van a reconocer nada cuando se pudra todo de vuelta.
Por más que ahora les hagamos de carne de cañon y supongamos por un momento de ilusión que "estamos con el campo".
(torombolo)
Multitudes de personas que, por rechazo a ciertas acciones, formas, o aspectos estéticos del gobierno actual y pasado, afirman otras tantas cosas que no les constan, sólo por que se presentan en un envase de oposición a la "dictadura kirschnerista".
Son planos distintos.
Y en ese cometido se busca la clásica simplificación de lo complejo.
No con la aplicación de un logaritmo.
Mediante la ejemplificación con modelos cotidianos.
"La mano en el bolsillo".
Otros, más groseros, recurren a la explicación de naturaleza sexual, en el supuesto de que no nos gusta que nos lo hagan por la fuerza.
De ese modo, la reacción es automática, por lo menos en el populacho de pensamiento reducido y reacción veloz.
Mano en el bolsillo-defensa.
Pues no hay ninguna mano, ni ningún bolsillo.
Hay mucho de todo eso y mezclado.
Hay distintos intereses en juego, manipulados habilmente por los más inteligentes e inescrupulosos, como siempre.
No hay ningún santo, aunque todos pretendan serlo.
Hay gentes que ganan mucho, aún con retenciones, y pretenden ganar más.
Hay gentes que ganan menos, y suponen que apoyando a los otros en sus intereses, ellos también ligarán algo.
Hay quienes no ganan nada, que miran y no saben que decir.
Hay quienes viven de otra cosa y tampoco saben nada, pero opinan lo que quede mejor.
Hay funcionarios que están jugándose el puesto, que quieren quedar bien con alguien y poco les importa el fondo.
Hay quienes quieren ligar una porción mas grande de la repartija de fondos públicos, con algún fin, bueno o malo.
Hay muchos jugadores con muy distintos objetivos.
Una lucha por un ingreso muy grande, y nadie quiere llevarse menos de lo que cree que merece.
El gobierno puede tener muchos defectos, puede que se morfe a cuentas personales algo de lo público, cuál no?
Puede que se haya olvidado de hacer muchas reformas necesarias, especialmente en los asuntos por sector.
Pero no ahy duda de algo.
Son quienes dirigen los destinos suyo y mío.
Arreglaron los números grandes.
Los errores que cometan, deben ser lo menos graves posibles.
Ya están allí.
No debemos arruinar sus acciones, porque ello nos afecta.
El directorio de un grupo inversor que està por cosechar soja, està peleando para vender con la mayor ganancia posible, si no le conviene, recupera la guita, y se va a invertir a Pakistán o donde corno pueda meter más mula.
Mas usted, yo, los trabajadores, los desocupados, los chacareros con casa y familia, los que tienen doscientas vacas, los fabricantes de repuestos, los comerciantes, no se van a ningún lado.
Se quedan aquí a sufrir el fracaso.
A bajar la cortina.
Ojo con lo que opinamos.
Cuando estamos dulces, cuando la heladera está llena somos todos cocoritos y mandamos cualquier cosa al aire, pero los malos, los fuertes, los poderosos, no nos van a reconocer nada cuando se pudra todo de vuelta.
Por más que ahora les hagamos de carne de cañon y supongamos por un momento de ilusión que "estamos con el campo".
(torombolo)
TRANSFORMACIONES TECNOLÓGICAS- JOSÉ ANDRÉS MARTINO.
Las transformaciones en el trabajo a partir del desarrollo tecnológico.
Kart Marx, que estudió a fondo la revolución industrial, asimilable a la revolución tecnológica como icono de nuevo mercado, en su trabajo sobre Economía Política sostiene algunas categorías de análisis que nos permiten inferir el desarrollo de las relaciones sociales. Ellas son las llamadas Relaciones Sociales de Producción y Fuerzas Productivas (que constituyen el espacio geográfico). El desarrollo de las fuerzas productivas como un medio para la producción de plusvalía y de las relaciones sociales de producción en cada época, es decir, en un tiempo y espacio determinado, suponen características específicas de la actividad económica, política y cultural, así como de un determinado desarrollo tecnológico, es por ello que Marx menciona que “lo que distingue a las épocas económicas unas de otras no es lo que se hace, sino el como se hace, con que instrumentos de trabajo se hace”
Dentro de un sistema económico capitalista el desarrollo de la tecnología juega un papel importante dentro de la vida económica como instrumento de activación económica, crecimiento, transformación y desarrollo así como de manipulación y control dentro de las relaciones sociales existentes, como instrumento de trabajo dentro de la construcción social.
Se han concebido posturas deterministas las cuales han generado gran optimismo en este instrumento hasta llegar a definir el llamado “paraíso tecnológico” y por otra parte posiciones apocalípticas que reflexionan hasta donde es posible que las relaciones sociales lleguen a desarrollar tal instrumento para someter y controlar a sus semejantes considerando que la inteligencia virtual podría llegar a superar a la inteligencia humana, sin apreciar su carácter de herramienta.
Tecnología se define, según OCDE como el “conjunto de información y conocimiento que puede ser aplicable a la producción de bienes y servicios y que, a tal fin, puede combinar elementos novedosos y tradicionales”
Actualmente, la aplicación del desarrollo de la tecnología, su pretendida ubicuidad, ha generado que existan ciertas diferencias locales, regionales, nacionales y supranacionales, que presentan particularidades que responden a una dialéctica de la totalidad y el lugar. Existe un crecimiento de las desigualdades, las brechas entre los ricos se vuelven cada vez mayores a los pobres, quienes ostentan dicha concentración económica van dirigiendo el rumbo que adquiere el desarrollo de la fuerzas productivas.
En el sector servicios, el conocimiento como valor agregado al producto permite revalorizar el negocio tradicional. Para citar un ejemplo diremos que los hoteles en Aruba que originariamente se vendían con servicio de desayuno hoy se comercializan con la modalidad all inclusive.
En términos de demanda, las preferencias de los consumidores por los viajes y los servicios de ocio flexibles proporcionan un fuerte ímpetu al nuevo turismo. En términos de oferta, la tecnología desempeña un papel complementario importante en la puesta en práctica del nuevo turismo. Las aplicaciones de la tecnología a la industria del turismo y los viajes permiten que los productores ofrezcan servicios nuevos y flexibles que son competitivos en materia de coste con las opciones de paquetes de masas convencionales, normalizados y rígidos. La tecnología facilita a los proveedores la flexibilidad para reaccionar ante la demanda del mercado y la capacidad para integrarse diagonalmente con otros proveedores al objeto de proporcionar nuevas combinaciones procedimentales y mejorar la efectividad de la relación costo-producto-calidad de servicio.
¿Cómo afectarán las innovaciones tecnológicas el sector de los servicios?
El impacto que provocan las innovaciones tecnológicas es aún impredecible. No obstante, se vislumbra una mejora en la calidad de vida de los habitantes, planteándose la necesidad inmediata de reducción de las jornadas laborales a nivel global que compensen la celeridad que provee la ciencia. La facilidad de las tecnologías aún no ha llevado a muy extensas zonas del planeta los beneficios que ella genera con países de alto grado de desarrollo industrial (China o Indonesia, por ejemplo) con condiciones desfavorables para sus trabajadores a quienes se los castiga con horarios excesivos y sueldos magros en el nivel internacional
Sin embargo, debe destacarse el hecho de que la utilización de estas tecnologías requiere ardua capacitación y entrenamiento específico. La educación seguirá siendo movilizadota de beneficios en el mediano plazo.
En Brasil el Centro Internacional para la Educación, Trabajo y Transferencia de Tecnología (CIET), es una iniciativa conjunta del CNI/SENAI y UNESCO, actúa a nivel nacional e internacional, como un observatorio de los efectos y transformaciones producidos por las nuevas tecnologías sobre los sistemas de formación profesional, sobre la absorción y difusión de tecnologías y sobre las calificaciones de los trabajadores.
Se realizan en este Centro investigaciones en las cuales se analizan las consecuencias de los cambios tecnológicos y las nuevas tecnologías de la información sobre el trabajo, la educación y los sistemas de desarrollo tecnológico. Las actividades están organizadas en torno a grupos; cada uno de los ellos desempeña tareas dentro de un área específica de interés del CIET. El Grupo de Información es responsable del estudio del impacto de las nuevas tecnologías de la información y procesos de comunicación sobre la sociedad, y especialmente sobre los procesos productivos.
Con relación al trabajo se identifican tareas de seguimiento de las transformaciones que afectan los requerimientos en materia de capacitación en los segmentos organizados de la economía, particularmente en la industria, así como la estructura del desempleo y estudios sobre el llamado sector informal. El monitoreo de estos cambios provee información que debería ser utilizada en la formulación de políticas públicas y en estrategias de formación profesional.
La población de los países subdesarrollados, con gobiernos de escaso interés en investigación y tecnología tendría que fortalecer el compromiso cívico, abrir debates de nuevo siglo y exigir a las autoridades que apelan a la mera supervivencia sin estrategias planificadoras, mejoras de inversión en materias turísticas donde el know how determina la calidad y una explotación competitiva y sustentable en el aspecto ecológico, de nuestros recursos naturales.
Nuevas leyes deberán proveer a la inversión en infraestructura (caminos, aeropuertos, redes ferroviarias, telefonía, telemática) y dar ventajas impositivas al inversor de aportes privados en construcción y tecnología.
Kart Marx, que estudió a fondo la revolución industrial, asimilable a la revolución tecnológica como icono de nuevo mercado, en su trabajo sobre Economía Política sostiene algunas categorías de análisis que nos permiten inferir el desarrollo de las relaciones sociales. Ellas son las llamadas Relaciones Sociales de Producción y Fuerzas Productivas (que constituyen el espacio geográfico). El desarrollo de las fuerzas productivas como un medio para la producción de plusvalía y de las relaciones sociales de producción en cada época, es decir, en un tiempo y espacio determinado, suponen características específicas de la actividad económica, política y cultural, así como de un determinado desarrollo tecnológico, es por ello que Marx menciona que “lo que distingue a las épocas económicas unas de otras no es lo que se hace, sino el como se hace, con que instrumentos de trabajo se hace”
Dentro de un sistema económico capitalista el desarrollo de la tecnología juega un papel importante dentro de la vida económica como instrumento de activación económica, crecimiento, transformación y desarrollo así como de manipulación y control dentro de las relaciones sociales existentes, como instrumento de trabajo dentro de la construcción social.
Se han concebido posturas deterministas las cuales han generado gran optimismo en este instrumento hasta llegar a definir el llamado “paraíso tecnológico” y por otra parte posiciones apocalípticas que reflexionan hasta donde es posible que las relaciones sociales lleguen a desarrollar tal instrumento para someter y controlar a sus semejantes considerando que la inteligencia virtual podría llegar a superar a la inteligencia humana, sin apreciar su carácter de herramienta.
Tecnología se define, según OCDE como el “conjunto de información y conocimiento que puede ser aplicable a la producción de bienes y servicios y que, a tal fin, puede combinar elementos novedosos y tradicionales”
Actualmente, la aplicación del desarrollo de la tecnología, su pretendida ubicuidad, ha generado que existan ciertas diferencias locales, regionales, nacionales y supranacionales, que presentan particularidades que responden a una dialéctica de la totalidad y el lugar. Existe un crecimiento de las desigualdades, las brechas entre los ricos se vuelven cada vez mayores a los pobres, quienes ostentan dicha concentración económica van dirigiendo el rumbo que adquiere el desarrollo de la fuerzas productivas.
En el sector servicios, el conocimiento como valor agregado al producto permite revalorizar el negocio tradicional. Para citar un ejemplo diremos que los hoteles en Aruba que originariamente se vendían con servicio de desayuno hoy se comercializan con la modalidad all inclusive.
En términos de demanda, las preferencias de los consumidores por los viajes y los servicios de ocio flexibles proporcionan un fuerte ímpetu al nuevo turismo. En términos de oferta, la tecnología desempeña un papel complementario importante en la puesta en práctica del nuevo turismo. Las aplicaciones de la tecnología a la industria del turismo y los viajes permiten que los productores ofrezcan servicios nuevos y flexibles que son competitivos en materia de coste con las opciones de paquetes de masas convencionales, normalizados y rígidos. La tecnología facilita a los proveedores la flexibilidad para reaccionar ante la demanda del mercado y la capacidad para integrarse diagonalmente con otros proveedores al objeto de proporcionar nuevas combinaciones procedimentales y mejorar la efectividad de la relación costo-producto-calidad de servicio.
¿Cómo afectarán las innovaciones tecnológicas el sector de los servicios?
El impacto que provocan las innovaciones tecnológicas es aún impredecible. No obstante, se vislumbra una mejora en la calidad de vida de los habitantes, planteándose la necesidad inmediata de reducción de las jornadas laborales a nivel global que compensen la celeridad que provee la ciencia. La facilidad de las tecnologías aún no ha llevado a muy extensas zonas del planeta los beneficios que ella genera con países de alto grado de desarrollo industrial (China o Indonesia, por ejemplo) con condiciones desfavorables para sus trabajadores a quienes se los castiga con horarios excesivos y sueldos magros en el nivel internacional
Sin embargo, debe destacarse el hecho de que la utilización de estas tecnologías requiere ardua capacitación y entrenamiento específico. La educación seguirá siendo movilizadota de beneficios en el mediano plazo.
En Brasil el Centro Internacional para la Educación, Trabajo y Transferencia de Tecnología (CIET), es una iniciativa conjunta del CNI/SENAI y UNESCO, actúa a nivel nacional e internacional, como un observatorio de los efectos y transformaciones producidos por las nuevas tecnologías sobre los sistemas de formación profesional, sobre la absorción y difusión de tecnologías y sobre las calificaciones de los trabajadores.
Se realizan en este Centro investigaciones en las cuales se analizan las consecuencias de los cambios tecnológicos y las nuevas tecnologías de la información sobre el trabajo, la educación y los sistemas de desarrollo tecnológico. Las actividades están organizadas en torno a grupos; cada uno de los ellos desempeña tareas dentro de un área específica de interés del CIET. El Grupo de Información es responsable del estudio del impacto de las nuevas tecnologías de la información y procesos de comunicación sobre la sociedad, y especialmente sobre los procesos productivos.
Con relación al trabajo se identifican tareas de seguimiento de las transformaciones que afectan los requerimientos en materia de capacitación en los segmentos organizados de la economía, particularmente en la industria, así como la estructura del desempleo y estudios sobre el llamado sector informal. El monitoreo de estos cambios provee información que debería ser utilizada en la formulación de políticas públicas y en estrategias de formación profesional.
La población de los países subdesarrollados, con gobiernos de escaso interés en investigación y tecnología tendría que fortalecer el compromiso cívico, abrir debates de nuevo siglo y exigir a las autoridades que apelan a la mera supervivencia sin estrategias planificadoras, mejoras de inversión en materias turísticas donde el know how determina la calidad y una explotación competitiva y sustentable en el aspecto ecológico, de nuestros recursos naturales.
Nuevas leyes deberán proveer a la inversión en infraestructura (caminos, aeropuertos, redes ferroviarias, telefonía, telemática) y dar ventajas impositivas al inversor de aportes privados en construcción y tecnología.
LOS MIL TENTÁCULOS DEL GRUPO PRISA.
LOS MIL TENTACULOS DEL GRUPO PRISA
Desde Madrid, se manipula a la opinión de toda Latinoamérica
POR JEAN-GUY ALLARD
Si no fuera otra manifestación de terrorismo mediático, sería bastante divertido ver al más pròspero diario español dar lecciones de libertad de prensa a América Latina.
El País, el rotativo madrileño que encabeza campañas de difamación contra gobiernos progresistas de este continente, pertenece al Grupo Prisa, un gigantesco cartel mediático que extiende sus tentáculos desde la capital de España a toda América Latina.
Dueño del más conocido de los diarios españoles, el Grupo Prisa se ha convertido en una multinacional de la comunicación que controla más de MIL emisoras en España, Estados Unidos, México, Panamá, Costa Rica, Colombia, Argentina y Chile, con cerca de 30 millones de oyentes.
En Colombia, Prisa controla el potente grupo Radio Caracol como en México, posee a Radiópolis, con el 50% de Televisa. Mientras en los propios Estados Unidos cuenta con GLR Networks con unas 60 emisoras afiliadas. Prisa está ahora presente en 22 países con más de 10 000 trabajadores.
Tan grande es la red controlada por los dueños de El País y tan rápido el desarrollo de este consorcio sin fronteras, que Ernesto Carmona, periodista e investigador chileno, confiesa que necesita refrescar constantemente los datos que acumula sobre el tema.
¿Carmona, cuales son las últimas informaciones al respecto?
Es cierto que este Grupo crece con... Prisa. Acaba de anunciar que actualizará su plan estratégico y financiero, tarea encomendada al consejero delegado Juan Luis Cebrián, conocido antes como periodista, director de El País y una suerte de gurú internacional del "nuevo periodismo" que comenzaron a vender hace 32 años los empleados del ex franquista fundador del grupo, Jesús de Polanco, fallecido en 2007. La Comisión Ejecutiva del Grupo transnacional encargó a Cebrián un nuevo plan estratégico para el negocio audiovisual.
En mayo, Prisa asumió el control total (97,71%) de la gigantesca empresa hispana de TV Sogecable, donde mantenía un discreto 24,50%, comprando las acciones de Telefónica (23,83%), del grupo franco-estadounidense Vivendi Universal (15,63%) y de otros accionistas menores. El 13 de junio 2008 se propone adquirir el 2,29% que todavía le falta para completar el 100%. El presidente de Sogecable, Rodolfo Martín Villa, afirmó que "Sogecable va a ser el holding, el complejo de todas las actividades de Prisa en el mundo de la televisión, no sólo en España, sino también en el extranjero".
¿Y quién es Martín Villa?
Un franquista de tomo y lomo, de 73 años, ingeniero industrial, natural de Santa María del Páramo de León, militante del PP, que fue presidente de Endesa España (EE) desde que el gobierno de José María Aznar la privatizó y transnacionalizó en 1997. EE se apoderó en Chile de Enersis, Endesa Chile, Chilectra, Río Maipú y Pehuenche. En Argentina tiene a Edesur y en Brasil, Cerj.
Bajo la dictadura de Francisco Franco, Martín Villa sirvió en el cuerpo de ingenieros de la Hacienda Pública y fue jefe nacional del Sindicato Español Universitario (SEU) de Madrid, reputada organización estudiantil fascista-falangista. Presidió el Sindicato de Papel, Prensa y Artes Gráficas; se desempeñó como delegado provincial de Sindicatos en Barcelona y director general de Industrias Textiles del Ministerio de Industria. En 1969 fue nombrado secretario general de la Organización Sindical; gobernador civil y jefe provincial del Movimiento –la organización política del franquismo– en Barcelona en 1974; ministro de Relaciones Sindicales en 1975 y procurador de las Cortes (parlamento) en cuatro legislaturas.
El primer gobierno post franquista de Adolfo Suárez lo nombró ministro de Interior en 1976. En 1977 fue nombrado "senador real" (del Rey) y ese mismo año fue confirmado como ministro del Interior por un nuevo gobierno, manteniéndose en el cargo hasta que fue sustituido por Antonio Ibáñez Freire el 6 de abril de 1979. En 1980, el último gabinete de Adolfo Suárez lo incluyó como Ministro de Estado para la Administración Territorial. Leopoldo Calvo Sotelo, sucesor de Suárez, lo designó Vicepresidente de Administración Territorial y, en su segundo gobierno, Vicepresidente para Asuntos Políticos. En 1979 resultó electo diputado de la Unión del Centro Democrático (UCD), el partido de Adolfo Suárez, por León. Se mantuvo como legislador hasta que fue nombrado secretario de Organización de UCD en 1982. En 1985 ingresó al Partido Demócrata Popular (PDP) que presidía Oscar Alzaga. Fue elegido Presidente del comité regional de Castilla y León. En 1987 retiró su candidatura a la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Castilla y León para no competir con el incipiente José María Aznar.
En 1988 fue designado en el Consejo de Administración de la Caja de Madrid pero fue forzado a retirarse en 1990 por incompatibilidades del Estatuto de los Diputados. No obstante, le fue reconocida su participación en el 16,66% de la empresa Cliner S.A., proveedora del Estado a la que ingresó en 1985.
En 1989 se mudó a la Alianza Popular (AP), días antes que el IX Congreso, el 20 de enero, le cambiara el nombre por Partido Popular. "Siempre he estado por la convergencia del centro derecha y por una vez se tiene evidencia de que hay alternativa", dijo entonces. En las elecciones de 1989 fue elegido diputado PP por Madrid, cargo que mantuvo por una década, alternándolo con otros "servicios públicos". Renunció como diputado el 11 de febrero de 1997, cuatro días después que José María Aznar lo nombrara presidente de Endesa.
Rodolfo Martín Villa tiene dos hijos con su esposa María del Pilar Medina Peña.
Este es el perfil del nuevo amo de la división audiovisual de Prisa.
Hace años, El País gozó de tremendo prestigio, ¿no es cierto?
A fines de los años 70, los periodistas latinoamericanos buscaban como "palito de romero" un ejemplar del Manual de Estilo El Día, un texto gordo y caro que contenía sus postulados éticos, como jamás publicar noticias sobre boxeo, pero omitió ofrecer noticias sesgadas, mentir y, simultáneamente, otorgar premios de dudosa ecuanimidad. Tampoco advirtió ese manual que el diario sería un misionero permanente contra la Revolución Cubana, Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega y cuanta individualidad encarne ideas progresistas. Ahora conduce el negocio Ignacio Polanco Moreno (54), hijo de Jesús de Polanco, fallecido a los 77 años.
¿Polanco hijo mantiene la línea del padre hacía Cuba?
Polanco hijo y Cebrián, presidente y consiglieri, participaron en mayo en la entrega de los Premios Ortega y Gasset , descritos por El País como "un homenaje a los ciudadanos oprimidos y los periodistas que se juegan la vida en el ejercicio de su profesión". Naturalmente, el diario "informó" que "la situación en Cuba no podía pasar inadvertida en una noche en la que se rindió homenaje al periodismo libre, valiente y comprometido". Y fue galardonada la bloguera cubana Yoani Sánchez, representada por el escritor Ernesto Hernández Busto, quien recibió el premio del director general de El País, Jesús Ceberio. Según la presentadora Àngels Barceló, "el jurado valoró la perspicacia con que su blog, Generación, ha sorteado las limitaciones a la libertad de expresión que existen en Cuba".
Pero El País no explica cuáles son esas "limitaciones", ni cómo Sánchez las "sortea". La pregunta es ¿cómo puede existir en Cuba un blog crítico si allí no hay libertad de expresión? Acaso, ¿no sería más lógico premiar la libertad de expresión misma? Cuando la bloguera critica el bloqueo de EEUU, El País, Cebrián, Polanco y Cía. miran para otro lado.
Se cuenta que ahí apareció la flor innata de la derecha española…
El Grupo Prisa-El País se identifica con el poder mundial imperial, las transnacionales hispanas y lo que antes se llamó franquismo, hoy Partido Popular (PP), y …también el "socialismo" español. Los invitados a la gala de Polanco y Cebrián fueron, entre otros, la vicepresidenta "socialista" María Teresa Fernández de la Vega y los ministros César Antonio Molina, Mercedes Cabrera, Magdalena Alvarez, Bibiana Aído y Cristina Garmendia. Del Partido Popular comparecieron la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y la diputada Ana Pastor. El mundo empresarial estuvo representado por Luis del Rivero, vicepresidente de Sacyr Vallehermoso; Eugenio Galdón, presidente de Ono; José María Bergareche, ex consejero delegado de Vocento y Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid. Tampoco faltaron el juez Baltasar Garzón, el escritor Fernando Savater, el cantante Miguel Ríos, personajes del jet set madrileño y caras de la revista Hola.
¿Cuáles serán los próximos pasos de la expansión de Prisa?
La estrategia de Cebrián, obviamente, consiste en que el grupo siga creciendo. Un primer paso sería la próxima fusión de las productoras Plural y NBP, en Portugal, nuevos proyectos en educación y una expansión de su monopólica presencia radial en el mercado hispano de Estados Unidos. La idea de Cebrián es fortalecer a escala planetaria las operaciones de Prisa en los sectores de información, entretenimiento, educación y cultura, en lenguas española y portuguesa, siguiendo el modelo de las mega corporaciones mediáticas de EEUU.
http://rolandogabrielli.blogspot.com/
--- El jue 29-may-08, Lucia Angélica Folino escribió:
De: Lucia Angélica Folino
Asunto: Re: ¿y? ¿me perdí el premio mayor a ser funcionaria internacional?
A: "Rolando Gabrielli"
Fecha: jueves, 29 mayo, 2008, 9:08 am
Te copio un comentario que hice en un blog de EL país.com
MIRA QUE TE LO TENGO DICHO.
¿A quien engañan estos hombre?
¿El viejo truco de tomálavos/dámelamí?
Supongamos que yo dijera en este mismo blog, "JUAN CRUZ, ERES UN REVERENDO HIJO DE PUTA", y lo firmara y pusiera DNI, cosa que ni falta hace porque todo el mundo sabe quien soy aunque escribiera con nick name: ¿se agraviaría don Juan de mi expresión, borraría el mensaje o simplemente lo dejaría pasar como si tal cosa, para respetar la orden de su Jefe Polanco, que le impide mencionar una descarga en público?
O sea, que si el injuriante pertenece a una "casta inferior al insultado", todo quedaría en cero. No se hablaría de libertades ni de límites porque revelar una respuesta sería poner en el escenario a alquien sobre quien se tomó una decisión justificada por la conspiración mediático-políca.
Acá el ombligo de los periodistas se justifica en que si pertenecen a medios masivos corren el riesgo de traicionar a su público.
Por si cabe, no es lo mismo un combate -gráfico o radial- de un Jiménes Losantos, un eurodiputado, un periodista de la Cope, un director de El Mundo, un empresario cantautor de SONY BMG entre sí, que el de un bobo consumidor de basura, que vienen a resultar los pobres infelices que se allanan al sistema de dominación sin conflicto.
Lu
Desde Madrid, se manipula a la opinión de toda Latinoamérica
POR JEAN-GUY ALLARD
Si no fuera otra manifestación de terrorismo mediático, sería bastante divertido ver al más pròspero diario español dar lecciones de libertad de prensa a América Latina.
El País, el rotativo madrileño que encabeza campañas de difamación contra gobiernos progresistas de este continente, pertenece al Grupo Prisa, un gigantesco cartel mediático que extiende sus tentáculos desde la capital de España a toda América Latina.
Dueño del más conocido de los diarios españoles, el Grupo Prisa se ha convertido en una multinacional de la comunicación que controla más de MIL emisoras en España, Estados Unidos, México, Panamá, Costa Rica, Colombia, Argentina y Chile, con cerca de 30 millones de oyentes.
En Colombia, Prisa controla el potente grupo Radio Caracol como en México, posee a Radiópolis, con el 50% de Televisa. Mientras en los propios Estados Unidos cuenta con GLR Networks con unas 60 emisoras afiliadas. Prisa está ahora presente en 22 países con más de 10 000 trabajadores.
Tan grande es la red controlada por los dueños de El País y tan rápido el desarrollo de este consorcio sin fronteras, que Ernesto Carmona, periodista e investigador chileno, confiesa que necesita refrescar constantemente los datos que acumula sobre el tema.
¿Carmona, cuales son las últimas informaciones al respecto?
Es cierto que este Grupo crece con... Prisa. Acaba de anunciar que actualizará su plan estratégico y financiero, tarea encomendada al consejero delegado Juan Luis Cebrián, conocido antes como periodista, director de El País y una suerte de gurú internacional del "nuevo periodismo" que comenzaron a vender hace 32 años los empleados del ex franquista fundador del grupo, Jesús de Polanco, fallecido en 2007. La Comisión Ejecutiva del Grupo transnacional encargó a Cebrián un nuevo plan estratégico para el negocio audiovisual.
En mayo, Prisa asumió el control total (97,71%) de la gigantesca empresa hispana de TV Sogecable, donde mantenía un discreto 24,50%, comprando las acciones de Telefónica (23,83%), del grupo franco-estadounidense Vivendi Universal (15,63%) y de otros accionistas menores. El 13 de junio 2008 se propone adquirir el 2,29% que todavía le falta para completar el 100%. El presidente de Sogecable, Rodolfo Martín Villa, afirmó que "Sogecable va a ser el holding, el complejo de todas las actividades de Prisa en el mundo de la televisión, no sólo en España, sino también en el extranjero".
¿Y quién es Martín Villa?
Un franquista de tomo y lomo, de 73 años, ingeniero industrial, natural de Santa María del Páramo de León, militante del PP, que fue presidente de Endesa España (EE) desde que el gobierno de José María Aznar la privatizó y transnacionalizó en 1997. EE se apoderó en Chile de Enersis, Endesa Chile, Chilectra, Río Maipú y Pehuenche. En Argentina tiene a Edesur y en Brasil, Cerj.
Bajo la dictadura de Francisco Franco, Martín Villa sirvió en el cuerpo de ingenieros de la Hacienda Pública y fue jefe nacional del Sindicato Español Universitario (SEU) de Madrid, reputada organización estudiantil fascista-falangista. Presidió el Sindicato de Papel, Prensa y Artes Gráficas; se desempeñó como delegado provincial de Sindicatos en Barcelona y director general de Industrias Textiles del Ministerio de Industria. En 1969 fue nombrado secretario general de la Organización Sindical; gobernador civil y jefe provincial del Movimiento –la organización política del franquismo– en Barcelona en 1974; ministro de Relaciones Sindicales en 1975 y procurador de las Cortes (parlamento) en cuatro legislaturas.
El primer gobierno post franquista de Adolfo Suárez lo nombró ministro de Interior en 1976. En 1977 fue nombrado "senador real" (del Rey) y ese mismo año fue confirmado como ministro del Interior por un nuevo gobierno, manteniéndose en el cargo hasta que fue sustituido por Antonio Ibáñez Freire el 6 de abril de 1979. En 1980, el último gabinete de Adolfo Suárez lo incluyó como Ministro de Estado para la Administración Territorial. Leopoldo Calvo Sotelo, sucesor de Suárez, lo designó Vicepresidente de Administración Territorial y, en su segundo gobierno, Vicepresidente para Asuntos Políticos. En 1979 resultó electo diputado de la Unión del Centro Democrático (UCD), el partido de Adolfo Suárez, por León. Se mantuvo como legislador hasta que fue nombrado secretario de Organización de UCD en 1982. En 1985 ingresó al Partido Demócrata Popular (PDP) que presidía Oscar Alzaga. Fue elegido Presidente del comité regional de Castilla y León. En 1987 retiró su candidatura a la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Castilla y León para no competir con el incipiente José María Aznar.
En 1988 fue designado en el Consejo de Administración de la Caja de Madrid pero fue forzado a retirarse en 1990 por incompatibilidades del Estatuto de los Diputados. No obstante, le fue reconocida su participación en el 16,66% de la empresa Cliner S.A., proveedora del Estado a la que ingresó en 1985.
En 1989 se mudó a la Alianza Popular (AP), días antes que el IX Congreso, el 20 de enero, le cambiara el nombre por Partido Popular. "Siempre he estado por la convergencia del centro derecha y por una vez se tiene evidencia de que hay alternativa", dijo entonces. En las elecciones de 1989 fue elegido diputado PP por Madrid, cargo que mantuvo por una década, alternándolo con otros "servicios públicos". Renunció como diputado el 11 de febrero de 1997, cuatro días después que José María Aznar lo nombrara presidente de Endesa.
Rodolfo Martín Villa tiene dos hijos con su esposa María del Pilar Medina Peña.
Este es el perfil del nuevo amo de la división audiovisual de Prisa.
Hace años, El País gozó de tremendo prestigio, ¿no es cierto?
A fines de los años 70, los periodistas latinoamericanos buscaban como "palito de romero" un ejemplar del Manual de Estilo El Día, un texto gordo y caro que contenía sus postulados éticos, como jamás publicar noticias sobre boxeo, pero omitió ofrecer noticias sesgadas, mentir y, simultáneamente, otorgar premios de dudosa ecuanimidad. Tampoco advirtió ese manual que el diario sería un misionero permanente contra la Revolución Cubana, Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega y cuanta individualidad encarne ideas progresistas. Ahora conduce el negocio Ignacio Polanco Moreno (54), hijo de Jesús de Polanco, fallecido a los 77 años.
¿Polanco hijo mantiene la línea del padre hacía Cuba?
Polanco hijo y Cebrián, presidente y consiglieri, participaron en mayo en la entrega de los Premios Ortega y Gasset , descritos por El País como "un homenaje a los ciudadanos oprimidos y los periodistas que se juegan la vida en el ejercicio de su profesión". Naturalmente, el diario "informó" que "la situación en Cuba no podía pasar inadvertida en una noche en la que se rindió homenaje al periodismo libre, valiente y comprometido". Y fue galardonada la bloguera cubana Yoani Sánchez, representada por el escritor Ernesto Hernández Busto, quien recibió el premio del director general de El País, Jesús Ceberio. Según la presentadora Àngels Barceló, "el jurado valoró la perspicacia con que su blog, Generación, ha sorteado las limitaciones a la libertad de expresión que existen en Cuba".
Pero El País no explica cuáles son esas "limitaciones", ni cómo Sánchez las "sortea". La pregunta es ¿cómo puede existir en Cuba un blog crítico si allí no hay libertad de expresión? Acaso, ¿no sería más lógico premiar la libertad de expresión misma? Cuando la bloguera critica el bloqueo de EEUU, El País, Cebrián, Polanco y Cía. miran para otro lado.
Se cuenta que ahí apareció la flor innata de la derecha española…
El Grupo Prisa-El País se identifica con el poder mundial imperial, las transnacionales hispanas y lo que antes se llamó franquismo, hoy Partido Popular (PP), y …también el "socialismo" español. Los invitados a la gala de Polanco y Cebrián fueron, entre otros, la vicepresidenta "socialista" María Teresa Fernández de la Vega y los ministros César Antonio Molina, Mercedes Cabrera, Magdalena Alvarez, Bibiana Aído y Cristina Garmendia. Del Partido Popular comparecieron la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y la diputada Ana Pastor. El mundo empresarial estuvo representado por Luis del Rivero, vicepresidente de Sacyr Vallehermoso; Eugenio Galdón, presidente de Ono; José María Bergareche, ex consejero delegado de Vocento y Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid. Tampoco faltaron el juez Baltasar Garzón, el escritor Fernando Savater, el cantante Miguel Ríos, personajes del jet set madrileño y caras de la revista Hola.
¿Cuáles serán los próximos pasos de la expansión de Prisa?
La estrategia de Cebrián, obviamente, consiste en que el grupo siga creciendo. Un primer paso sería la próxima fusión de las productoras Plural y NBP, en Portugal, nuevos proyectos en educación y una expansión de su monopólica presencia radial en el mercado hispano de Estados Unidos. La idea de Cebrián es fortalecer a escala planetaria las operaciones de Prisa en los sectores de información, entretenimiento, educación y cultura, en lenguas española y portuguesa, siguiendo el modelo de las mega corporaciones mediáticas de EEUU.
http://rolandogabrielli.blogspot.com/
--- El jue 29-may-08, Lucia Angélica Folino
De: Lucia Angélica Folino
Asunto: Re: ¿y? ¿me perdí el premio mayor a ser funcionaria internacional?
A: "Rolando Gabrielli"
Fecha: jueves, 29 mayo, 2008, 9:08 am
Te copio un comentario que hice en un blog de EL país.com
MIRA QUE TE LO TENGO DICHO.
¿A quien engañan estos hombre?
¿El viejo truco de tomálavos/dámelamí?
Supongamos que yo dijera en este mismo blog, "JUAN CRUZ, ERES UN REVERENDO HIJO DE PUTA", y lo firmara y pusiera DNI, cosa que ni falta hace porque todo el mundo sabe quien soy aunque escribiera con nick name: ¿se agraviaría don Juan de mi expresión, borraría el mensaje o simplemente lo dejaría pasar como si tal cosa, para respetar la orden de su Jefe Polanco, que le impide mencionar una descarga en público?
O sea, que si el injuriante pertenece a una "casta inferior al insultado", todo quedaría en cero. No se hablaría de libertades ni de límites porque revelar una respuesta sería poner en el escenario a alquien sobre quien se tomó una decisión justificada por la conspiración mediático-políca.
Acá el ombligo de los periodistas se justifica en que si pertenecen a medios masivos corren el riesgo de traicionar a su público.
Por si cabe, no es lo mismo un combate -gráfico o radial- de un Jiménes Losantos, un eurodiputado, un periodista de la Cope, un director de El Mundo, un empresario cantautor de SONY BMG entre sí, que el de un bobo consumidor de basura, que vienen a resultar los pobres infelices que se allanan al sistema de dominación sin conflicto.
Lu
lunes, 2 de junio de 2008
CALIDAD TOTAL - PETER DRUCKER
EL RECURSO HUMANO, EJE DE LA REVOLUCION DE LA CALIDAD Y LA PRODUCTIVIDAD
La calidad de la gente determina la calidad del trabajo. Pero la gente solo existe en un sistema y en una cultura. El sistema y la cultura deben favorecer, y no obstaculizar la productividad. La productividad exige cambio de cultura empresarial y cívica.
Puesto que las personas se hacen, actúan, respiran una cultura, el nivel de calidad responde al nivel de cada cultura. Así, la calidad no se obtiene por recetas, sino por un cambio cultural. ¿Cómo se hace el cambio cultural?
Puesto que el objetivo de una organización es satisfacer las necesidades de las personas, esto equivale al sinónimo de que el objetivo es la calidad total.
La calidad comprende productos y servicios, pero, además, los procesos de fabricación, la calidad del entrenamiento, la calidad de la información, la calidad de la administración, la calidad de las personas mismas, la calidad de la empresa, del sistema y de la sociedad.
La gente regresa a la empresa, si quedó satisfecha con la compra que hizo. Es decir, si le entregó calidad. Calidad es la satisfacción del cliente externo e interno. Adecuación al uso, y lo que ello presupone. La calidad decide la supervivencia de las empresas. La calidad es el cambio de paradigmas más importante del siglo XX y XI, lo que determina el éxito en los próximos mil años, una enfermedad que, a menos que la contraigas, puede que no sobrevivas.
En fin de cuentas, la calidad significa hacer las cosas bien hechas. Eso supone gente de calidad en una sociedad de calidad. Por eso divulgan los eslóganes japoneses: la calidad comienza en la educación. La calidad provienen de una "societas qualitatis".
La calidad es un modo de vida, un cambio cultural, un intangible. El kaizen, y no los recursos naturales o monetarios, constituye el margen competitivo del Japón y su paradigmática industria.
LA SOCIEDAD POSCAPITALISTA
El mundo nuevo, resultado de los vertiginosos cambios que por todos lados nos envuelven, exige, para ser entendido, de paradigmas nuevos, de cara hacia el futuro, aprendiendo del pasado, ciertamente, pero sobre todo, ideando nuevas respuestas, para un futuro que abre un nuevo tipo de historia.
De allí que los más connotados institutos técnicos, de categoría mundial, como pueden ser M.I.T., CalTech. Itesm... hayan debido ampliar sus tareas científicas a las disciplinas que se ocupan de la persona humana, sus organizaciones, las formas de su sociedad civil, es decir a las ciencias humanas, sociales y políticas.
Si, en el tiempo que viene, el factor que determina la productividad y la riqueza es el trabajo inteligente, el marco estructural que lo hace eficiente es la empresa, el bussines, la organización social.
Con otras palabras: para ser productivo, el trabajo inteligente necesita de una estructura. Esa estructura es la empresa, el negocio, la institución, la organización social.
Quienes crean y mantiene esas estructuras -los gerentes y los políticos- son los profesionales más importantes de nuestro tiempo. Los gerentes crean y mantienen negocios. Los políticos responden por la organización global, por las reglas del juego que nos afectan a todos. Pensemos en Bill Gates, Konotsuke Matsushita, Akio Morita y la pléyade de empresarios japoneses; Laniado, Granda, Centeno, entre nosotros. MacArthur, DeGaulle, Adenauer, Kohl, González.
Siempre hay primero una creación lógica(conocimiento) y luego una creación real(gerencia). En esta forma, la empresa da el marco estructural para la productividad del conocimiento. La definición de lo que en los nuevos tiempos sea el gerente consiste en "quien hace posible la productividad del conocimiento especializado".
"Un gerente -escribe Peter Drucker, en la Sociedad Poscapitalista"- es el responsable de la aplicación y rendimiento del saber".
Ahora vemos al saber como el recurso esencial: suelo, mano de obra y capital son primordialmente importantes como limitaciones; sin ellos ni aun el saber puede producir, sin ellos ni aun la gestión (management) puede actuar; allí donde hay una gestión (management) eficaz, esto es, una aplicación del saber al saber, siempre podemos obtener los otros recursos.
El hecho de que el saber se haya convertido en el recurso, y no en "poscapitalista", cambia y de forma fundamental, la estructura de la sociedad; crea nuevas dinámicas sociales; crea nuevas dinámicas económicas, crea nuevas políticas."
La gestión (management) es una función genérica de todas las organizaciones sea cual fuere su misión específica, es el órgano genérico de la sociedad del saber".
En consecuencia, el trabajo inteligente se hace productivo en el marco estructural de organizaciones y equipos. Esto son precisamente las empresas, el business, las organizaciones, con o sin fines de lucro.
Por eso, el desarrollo en el tiempo que viene, depende de la calidad de los managers (gerentes) que tengamos. Son los mas importantes profesionales del presente y del futuro: los que hacen productivo el saber, el trabajo inteligente. Si es que lo hacen.
LA PRODUCTIVIDAD DEL CONOCIMIENTO Y LA SUPERVIVENCIA DE LAS ORGANIZACIONES
Lo que crea la riqueza no son los recursos naturales, sino el conocimiento.
Consta así por la experiencia y por el análisis científico. ¿Quienes entregan materias primas? Los subdesarrollados.
¿Quiénes son los modernos, industrializados, opulentos? Los que las procesan.
La historia del caucho en el Brasil, el estaño en Bolivia, el petróleo en Venezuela, narran el mismo cuento.
Las materias primas significan un costo, cada vez menor, en el proceso productivo.
Se habla del "deterioro de los términos de intercambio". Y eso, sin contar con que los productos sintéticos frecuentemente ocupan su lugar, a costos menores.
Japón, que carece de toda materia prima, se acoge a una estrategia tan simple como exitosa: comprar; añadir valor; vender. Se añade valor, vendiendo el propio intelecto, como decía, en fórmula clarividente, el precursor de Toyota Motors, Saquichi Toyoda.
El conocimiento no es solo información.
Esta se encuentra mejor en las bibliotecas y en los discos de las computadoras.
El conocimiento es energía humana, entusiasmo, finalidad, aplicación a resolver los problemas del pervivir. Puede haber un conocimiento inútil, puramente contemplativo y curioso.
"El cambio del significado del saber -dice Peter Drucker- que empezó hace doscientos cincuenta años, ha transformado a la sociedad y la economía. El saber es hoy el único recurso significativo. Los tradicionales "factores de producción" suelo (recursos naturales), mano de obra y capital, no han desaparecido, pero se han convertido en secundarios; pueden obtenerse, y con facilidad siempre que haya saber; y el saber en su nuevo significado es saber en tanto que servicio, saber como medio de obtener resultados sociales y económicos.
Estos cambios, sean o no deseables, son respuestas a un cambio irreversible: el saber está siendo aplicado ahora al saber y este es el tercer y tal vez definitivo paso en su transformación. Proporcionar saber para averiguar en qué forma el saber existente puede aplicarse a producir resultados es, de hecho, lo que significa gestión (management).
Además, el saber también se aplica de forma sistemática y decidida a definir qué nuevo saber se necesita, si es factible y qué hay que hacer para que sea eficaz; en otras palabras, se aplica a la innovación sistemática. Este tercer cambio en la dinámica del saber puede denominarse la revolución de la gestión y al igual que sus dos predecesores, el saber aplicado a las herramientas, procesos y productos, y el saber aplicado al trabajo humano, la revolución de la gestión se ha extendido por toda la tierra.
A la Revolución industrial le costó cien años, desde mitades del siglo XVIII, hasta mitades del siglo XIX, llegar a extenderse y dominar el mundo entero; la revolución de la productividad tardó setenta años, desde 1880 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, en extenderse y dominar el mundo entero. La revolución de la gestión ha empleado menos de cincuenta años, desde 1945 a 1990, en extenderse y dominar el mundo entero."
Por razones como estas, Japón ya no organiza su sociedad sobre el eje del capital y los bancos, sino sobre el eje del recurso humano y el saber. Lo reducen a una sola pregunta: como hacer más productivo al japonés.
Las empresas sobreviven si tienen ventas, si tienen clientes, si tienen mercado. Si alguien de la sociedad quiere entrar en tratos con ellas. Los usuarios determinan la supervivencia de la empresa. La empresa necesita del usuario; pero el usuario no necesita de la empresa. El cliente es el rey. Las empresas para sobrevivir tienen que hacer sus clientes.
¿Por qué existe un negocio, una empresa, una compañía?
Por el hecho de que existen, precisamente, necesidades humanas que satisfacer. Si las satisface bien, ha ofrecido calidad. Ha creado un cliente satisfecho.
Dicho de otra forma: por su naturaleza misma, esto es, objetivamente, la finalidad de la empresa consiste en, hacer un cliente.
Esas necesidades pueden ser agrupadas en diferentes categorías. Comenzando con las necesidades básicas de comida y cobijo, nos hallamos en el mismo nivel que el resto del reino animal. También los animales necesitan comer, dormir, aparearse.
Individuos y sociedades que gastan toda su vida en buscar qué comer, son personas y conglomerados enfermos. Adolecen de la ley de hierro de la supervivencia animal.
En cuanto tales, los seres humanos tienen infinitas necesidades, las cuales provienen de la condición humana espiritual.
Mientras más se desarrolla la humanidad más necesidades surgen. Y con ellas, más oportunidades empresariales. En consecuencia, siempre habrá nuevas empresas en qué emprender.
Tales necesidades-oportunidades brotan del arte, de la ciencia, de la solidaridad, de la exploración de los océanos, de las estrellas, etc. etc.
El campo para las empresas trasciende las necesidades de supervivencia y se pierden, literalmente, en el infinito.
Con los nuevos conocimientos, la cibernética, las comunicaciones instantáneas, el mundo se ha hecho más pequeño y han caído muchas fronteras.
El planeta se convierte -nos guste o no- en una aldea global, un solo taller de producción y un solo shopping center. Es lo que conocemos como globalización. Eso trae enormes consecuencias para la gente y su capacidad de competir, para las culturas y los modos de vida que mantienen, para los sistemas políticos y el significado que conservan. Tienden a desaparecer las "economías nacionales", que se convierten en "redes mundiales de producción". Permanecerán en el futuro las naciones de fuerte identidad.
La calidad de la gente determina la calidad del trabajo. Pero la gente solo existe en un sistema y en una cultura. El sistema y la cultura deben favorecer, y no obstaculizar la productividad. La productividad exige cambio de cultura empresarial y cívica.
Puesto que las personas se hacen, actúan, respiran una cultura, el nivel de calidad responde al nivel de cada cultura. Así, la calidad no se obtiene por recetas, sino por un cambio cultural. ¿Cómo se hace el cambio cultural?
Puesto que el objetivo de una organización es satisfacer las necesidades de las personas, esto equivale al sinónimo de que el objetivo es la calidad total.
La calidad comprende productos y servicios, pero, además, los procesos de fabricación, la calidad del entrenamiento, la calidad de la información, la calidad de la administración, la calidad de las personas mismas, la calidad de la empresa, del sistema y de la sociedad.
La gente regresa a la empresa, si quedó satisfecha con la compra que hizo. Es decir, si le entregó calidad. Calidad es la satisfacción del cliente externo e interno. Adecuación al uso, y lo que ello presupone. La calidad decide la supervivencia de las empresas. La calidad es el cambio de paradigmas más importante del siglo XX y XI, lo que determina el éxito en los próximos mil años, una enfermedad que, a menos que la contraigas, puede que no sobrevivas.
En fin de cuentas, la calidad significa hacer las cosas bien hechas. Eso supone gente de calidad en una sociedad de calidad. Por eso divulgan los eslóganes japoneses: la calidad comienza en la educación. La calidad provienen de una "societas qualitatis".
La calidad es un modo de vida, un cambio cultural, un intangible. El kaizen, y no los recursos naturales o monetarios, constituye el margen competitivo del Japón y su paradigmática industria.
LA SOCIEDAD POSCAPITALISTA
El mundo nuevo, resultado de los vertiginosos cambios que por todos lados nos envuelven, exige, para ser entendido, de paradigmas nuevos, de cara hacia el futuro, aprendiendo del pasado, ciertamente, pero sobre todo, ideando nuevas respuestas, para un futuro que abre un nuevo tipo de historia.
De allí que los más connotados institutos técnicos, de categoría mundial, como pueden ser M.I.T., CalTech. Itesm... hayan debido ampliar sus tareas científicas a las disciplinas que se ocupan de la persona humana, sus organizaciones, las formas de su sociedad civil, es decir a las ciencias humanas, sociales y políticas.
Si, en el tiempo que viene, el factor que determina la productividad y la riqueza es el trabajo inteligente, el marco estructural que lo hace eficiente es la empresa, el bussines, la organización social.
Con otras palabras: para ser productivo, el trabajo inteligente necesita de una estructura. Esa estructura es la empresa, el negocio, la institución, la organización social.
Quienes crean y mantiene esas estructuras -los gerentes y los políticos- son los profesionales más importantes de nuestro tiempo. Los gerentes crean y mantienen negocios. Los políticos responden por la organización global, por las reglas del juego que nos afectan a todos. Pensemos en Bill Gates, Konotsuke Matsushita, Akio Morita y la pléyade de empresarios japoneses; Laniado, Granda, Centeno, entre nosotros. MacArthur, DeGaulle, Adenauer, Kohl, González.
Siempre hay primero una creación lógica(conocimiento) y luego una creación real(gerencia). En esta forma, la empresa da el marco estructural para la productividad del conocimiento. La definición de lo que en los nuevos tiempos sea el gerente consiste en "quien hace posible la productividad del conocimiento especializado".
"Un gerente -escribe Peter Drucker, en la Sociedad Poscapitalista"- es el responsable de la aplicación y rendimiento del saber".
Ahora vemos al saber como el recurso esencial: suelo, mano de obra y capital son primordialmente importantes como limitaciones; sin ellos ni aun el saber puede producir, sin ellos ni aun la gestión (management) puede actuar; allí donde hay una gestión (management) eficaz, esto es, una aplicación del saber al saber, siempre podemos obtener los otros recursos.
El hecho de que el saber se haya convertido en el recurso, y no en "poscapitalista", cambia y de forma fundamental, la estructura de la sociedad; crea nuevas dinámicas sociales; crea nuevas dinámicas económicas, crea nuevas políticas."
La gestión (management) es una función genérica de todas las organizaciones sea cual fuere su misión específica, es el órgano genérico de la sociedad del saber".
En consecuencia, el trabajo inteligente se hace productivo en el marco estructural de organizaciones y equipos. Esto son precisamente las empresas, el business, las organizaciones, con o sin fines de lucro.
Por eso, el desarrollo en el tiempo que viene, depende de la calidad de los managers (gerentes) que tengamos. Son los mas importantes profesionales del presente y del futuro: los que hacen productivo el saber, el trabajo inteligente. Si es que lo hacen.
LA PRODUCTIVIDAD DEL CONOCIMIENTO Y LA SUPERVIVENCIA DE LAS ORGANIZACIONES
Lo que crea la riqueza no son los recursos naturales, sino el conocimiento.
Consta así por la experiencia y por el análisis científico. ¿Quienes entregan materias primas? Los subdesarrollados.
¿Quiénes son los modernos, industrializados, opulentos? Los que las procesan.
La historia del caucho en el Brasil, el estaño en Bolivia, el petróleo en Venezuela, narran el mismo cuento.
Las materias primas significan un costo, cada vez menor, en el proceso productivo.
Se habla del "deterioro de los términos de intercambio". Y eso, sin contar con que los productos sintéticos frecuentemente ocupan su lugar, a costos menores.
Japón, que carece de toda materia prima, se acoge a una estrategia tan simple como exitosa: comprar; añadir valor; vender. Se añade valor, vendiendo el propio intelecto, como decía, en fórmula clarividente, el precursor de Toyota Motors, Saquichi Toyoda.
El conocimiento no es solo información.
Esta se encuentra mejor en las bibliotecas y en los discos de las computadoras.
El conocimiento es energía humana, entusiasmo, finalidad, aplicación a resolver los problemas del pervivir. Puede haber un conocimiento inútil, puramente contemplativo y curioso.
"El cambio del significado del saber -dice Peter Drucker- que empezó hace doscientos cincuenta años, ha transformado a la sociedad y la economía. El saber es hoy el único recurso significativo. Los tradicionales "factores de producción" suelo (recursos naturales), mano de obra y capital, no han desaparecido, pero se han convertido en secundarios; pueden obtenerse, y con facilidad siempre que haya saber; y el saber en su nuevo significado es saber en tanto que servicio, saber como medio de obtener resultados sociales y económicos.
Estos cambios, sean o no deseables, son respuestas a un cambio irreversible: el saber está siendo aplicado ahora al saber y este es el tercer y tal vez definitivo paso en su transformación. Proporcionar saber para averiguar en qué forma el saber existente puede aplicarse a producir resultados es, de hecho, lo que significa gestión (management).
Además, el saber también se aplica de forma sistemática y decidida a definir qué nuevo saber se necesita, si es factible y qué hay que hacer para que sea eficaz; en otras palabras, se aplica a la innovación sistemática. Este tercer cambio en la dinámica del saber puede denominarse la revolución de la gestión y al igual que sus dos predecesores, el saber aplicado a las herramientas, procesos y productos, y el saber aplicado al trabajo humano, la revolución de la gestión se ha extendido por toda la tierra.
A la Revolución industrial le costó cien años, desde mitades del siglo XVIII, hasta mitades del siglo XIX, llegar a extenderse y dominar el mundo entero; la revolución de la productividad tardó setenta años, desde 1880 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, en extenderse y dominar el mundo entero. La revolución de la gestión ha empleado menos de cincuenta años, desde 1945 a 1990, en extenderse y dominar el mundo entero."
Por razones como estas, Japón ya no organiza su sociedad sobre el eje del capital y los bancos, sino sobre el eje del recurso humano y el saber. Lo reducen a una sola pregunta: como hacer más productivo al japonés.
Las empresas sobreviven si tienen ventas, si tienen clientes, si tienen mercado. Si alguien de la sociedad quiere entrar en tratos con ellas. Los usuarios determinan la supervivencia de la empresa. La empresa necesita del usuario; pero el usuario no necesita de la empresa. El cliente es el rey. Las empresas para sobrevivir tienen que hacer sus clientes.
¿Por qué existe un negocio, una empresa, una compañía?
Por el hecho de que existen, precisamente, necesidades humanas que satisfacer. Si las satisface bien, ha ofrecido calidad. Ha creado un cliente satisfecho.
Dicho de otra forma: por su naturaleza misma, esto es, objetivamente, la finalidad de la empresa consiste en, hacer un cliente.
Esas necesidades pueden ser agrupadas en diferentes categorías. Comenzando con las necesidades básicas de comida y cobijo, nos hallamos en el mismo nivel que el resto del reino animal. También los animales necesitan comer, dormir, aparearse.
Individuos y sociedades que gastan toda su vida en buscar qué comer, son personas y conglomerados enfermos. Adolecen de la ley de hierro de la supervivencia animal.
En cuanto tales, los seres humanos tienen infinitas necesidades, las cuales provienen de la condición humana espiritual.
Mientras más se desarrolla la humanidad más necesidades surgen. Y con ellas, más oportunidades empresariales. En consecuencia, siempre habrá nuevas empresas en qué emprender.
Tales necesidades-oportunidades brotan del arte, de la ciencia, de la solidaridad, de la exploración de los océanos, de las estrellas, etc. etc.
El campo para las empresas trasciende las necesidades de supervivencia y se pierden, literalmente, en el infinito.
Con los nuevos conocimientos, la cibernética, las comunicaciones instantáneas, el mundo se ha hecho más pequeño y han caído muchas fronteras.
El planeta se convierte -nos guste o no- en una aldea global, un solo taller de producción y un solo shopping center. Es lo que conocemos como globalización. Eso trae enormes consecuencias para la gente y su capacidad de competir, para las culturas y los modos de vida que mantienen, para los sistemas políticos y el significado que conservan. Tienden a desaparecer las "economías nacionales", que se convierten en "redes mundiales de producción". Permanecerán en el futuro las naciones de fuerte identidad.

Procter & Gamble derrota a su leyenda urbana
La multinacional, indemnizada con 14 millones por vincularla con prácticas satánicas
AGENCIAS - Nueva York - 21/03/2007
"Me ha dicho mi prima que si pones los discos de un mítico grupo al revés se escucha al diablo (...) En la curva de tal carretera hay una niña atropellada (...) Alguien encontró una uña de rata en una hamburguesa..." Estas son frases que todo el mundo ha escuchado alguna vez. Cada cual tiene su leyenda urbana, que le persigue haga lo que haga por desmentirla. Pero la multinacional estadounidense Procter & Gamble, dedicada a los productos de limpieza, higiene y alimentación, se había hartado de escuchar que era una tapadera de un grupo satánico y llevó el caso a los tribunales. Y ya puede decir adiós a los rumores, porque ha ganado.
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P&G, fundada en 1837 y con sede en Cincinnati (Ohio), ha ganado el litigio que había planteado contra cuatro antiguos empleados de la empresa de distribución Amway, que difundieron los rumores en los que se relacionaba a la multinacional estadounidense con prácticas satánicas, y será indemnizado con 19,25 millones de dólares (14 millones de euros) por los daños que ha sufrido su imagen. En un comunicado, P&G, la mayor empresa de su sector en EE UU, anuncia que el viernes un tribunal de Utah falló en contra de los antiguos trabajadores de Amway, a los que encontró culpables de difundir rumores con el fin de desprestigiar la compañía y sacar provecho económico para sus propios negocios.
"Se trata de proteger nuestra reputación", afirma el director de asuntos legales de la compañía, Jim Johnson, en el comunicado. "Adoptaremos medidas legales apropiadas en los casos en los que la competencia menoscabe injustamente la reputación de nuestras marcas o de nuestra compañía", añade. P&G, responsable de los productos de marcas tan conocidas como Ariel, Oral-B, Duracell, Olay, Head and Shoulders, Gillette y Braun, adoptó el año pasado acciones legales contra varias empresas a las que acusa de violar su propiedad sobre las marcas que comercializa o hacer publicidad falsa acerca de los productos de belleza de la compañía.
Las tres razones satánicas
La sentencia anunciada hoy se refiere a una demanda presentada por la compañía en 1995, en la que se denunciaba a varias personas que sostenían que uno de sus anteriores y más conocidos logotipos estaba relacionado con las prácticas satánicas. Los rumores se remontan a los años 80, cuando comenzó a difundirse la leyenda urbana de que era un símbolo que hacía referencia al diablo. Se trata de un dibujo en el que aparece la cabeza de un hombre barbudo con forma de Luna creciente, en el interior de un círculo en el que se aprecian 13 estrellas.
Según explica Wikipedia, el rumor se basaba en un pasaje de la Biblia, en concreto del Libro de las Revelaciones 12:1, que dice: "Y allí apareció una gran maravilla en el cielo. Una mujer se vistió con el sol y la luna bajo sus pies y, sobre su cabeza, una corona de 12 estrellas. Así, el logotipo de P&G era, según la leyenda negra, una burla del símbolo divino. Además, donde la barba se encuentra con el círculo puede verse un enorme 666, el número de la Bestia. Por si esto fuera poco, hay quien ve también dos cuernos de carnero, que representan al falso profeta. Desde que llegaron a sus oídos, estas interpretaciones han sido negadas una y otra vez por la empresa y, a pesar de que jamás se presentó prueba alguna que las vinculara sectas adoradoras del diablo, el rumor siguió creciendo.
Según la prensa de EE UU, cuatro empleados de Amway, que se dedica a la distribución de productos en comercios estadounidenses que son competencia directa de P&G, realimentaron en 1995 estos rumores al decir a miles de comerciantes que los beneficios de la compañía iban destinados a sociedades dedicadas a cultos satánicos. Y, como ocurre con los rumores, sólo hay que soltarlo para que crezca por sí mismo. Se llegó a decir que el presidente de la compañía había aparecido un sábado en un conocido programa de televisión - el show de Phil Donahue- y allí se había declarado siervo de Satán. El directivo jamás hizo esas declaraciones ni salió en dicho espacio que, para colmo, no se emitía los sábados. La presión fue tal que la compañía decidió cambiar el logotipo, decisión que sólo contribuyó a agigantar el bulo.
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